El Challenger de tenis, que se realizó en el Club Campestre de
Pereira y que culminó este domingo 31 de marzo, con el triunfo del tenista
pereirano Santiago Giraldo, es un espectáculo de talla mundial, del cual la ciudad es gran beneficiaria.
A esta competición acudieron tenistas de once países, como el
italiano Paolo Lorenzi, número 59 en el ranking de la ATP; los brasileños
Rogerio Dutra #114 y Joao Souza #123;
Federico Delbonis, argentino #112; Paul Capdeville, chileno #172; y el croata
Karlovic , que llegó a ser número 26 del mundo en el 2008 y que hoy es número
131. El ganador del torneo sumó 90
puntos, por lo cual debe subir algo más
de 10 puestos en el ranking. Esto nos da
una idea de la importancia del torneo.
Entre los participantes, además de Giraldo, se encontraban los pereiranos Eduardo Struvay (hoy
es número 800 y su mejor posición fue 271 en el 2011), y Felipe Escobar,
medalla de oro para Risaralda en los últimos juegos nacionales, quien con tan
sólo 18 años hoy es el número 961.
No es casualidad que todas estas grandes raquetas colombianas sean
de Pereira y del Club Campestre. Es el
resultado de un proceso de largo aliento, cuyo trasfondo es una entidad
preocupada por la práctica deportiva, desde los más pequeños, que reciben
formación en las escuelas, encontrando en el grupo de profesores una fundamentación
de alta competencia y un trato verdaderamente estimulante.
Hay que resaltar que, paralelamente a la realización del Challenger,
se llevó a cabo el torneo infantil “Zucaritas”, en las categorías de 8 hasta 18 años, con
participación de delegaciones y ligas de varias ciudades del país. Este es uno de los beneficios más tangibles
del evento, porque, para este grupo de entusiastas jovencitos y jovencitas, es
una gran experiencia ver a sus ídolos jugar en las mismas canchas que ellos. Tiene un efecto sicológico de estímulo, y
también de naturalidad, es una forma de desmitificar a quienes hoy se dedican
al profesionalismo, y mostrarles a los más jóvenes el camino de la vida
deportiva como una alternativa posible.
Para la ciudad, es interesante que el Club y
los patrocinadores otorguen a los ciudadanos, que no son socios, la posibilidad
de asistir gratuitamente a todos los partidos.
Allí se reunieron personas de todas las clases y condiciones
sociales. Además, no es despreciable el impacto que este tipo
de eventos tienen en la economía, es mucho lo que se moviliza en personal,
hoteles, mercadeo, y visitantes.
Estas son las actividades que vale la pena conservar y fomentar. Ojalá y se sigan generando muchas de estas ya
que, para una ciudad en crecimiento, es muy importante contar con iniciativas del
sector privado. Y, aunque sería bueno darle
mayor trascendencia desde el punto de vista turístico, no parece deseable la
participación del sector público. Claro
que tampoco es que les haya generado mucho interés, porque en una competencia
deportiva de clase mundial no se reparten contratos y tampoco se captan votos.
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