Existe una necesidad, en
todas las sociedades, de apropiarse de
lo atinente a los intereses colectivos.
Cuando no hay apropiación, todo lo compartido se debilita, y en estos
tiempos en que la politiquería se ha tomado la administración de lo público,
esa falta de interés de los ciudadanos por lo que les es común (el espacio
público, la seguridad, las vías, la cultura, la salud, la educación, etc.),
contribuye al desenfreno y a la corrupción de quienes sí se interesan, no tanto
en el bien general, como en sacar provecho en beneficio propio.
Por eso, iniciativas como ésta,
que intentan unir a los ciudadanos en torno de una causa común, resultan bien interesantes, y pueden constituirse en un vehículo para
despertarnos del adormecimiento complaciente, que ha permitido que se acabe con
lo que nos pertenece a todos.
Es importante que se lleve a feliz término la construcción del
Centro de Convenciones. Pero, más allá
de las ventajas que la obra traerá en competitividad, esta invitación reviste
un trasfondo que, bien aprovechado, podría dar vuelta al destino de la ciudad. Puede convertirse en una opción de poder, de
tal suerte que los ciudadanos, interesándose hoy por este proyecto, luego puedan
emprender otros, y se animen en el futuro a participar en el ámbito político,
buscando personas, diferentes a los
políticos tradicionales, para la administración de la ciudad.
No es que quiera poner a los políticos en la esquina de los
“malos” y al resto de los ciudadanos en la de los “buenos”. Todos en nuestra vida, de una u otra forma, realizamos acciones que pueden ser catalogadas
como políticas. No obstante, registro,
al igual que muchos, la falta de pertinencia, la ausencia de competencia, tal
vez la indolencia, de las personas que se han venido ocupando de la
administración de la ciudad. Para todo
se requieren competencias y habilidades, y, aunque muchos de ellos las tengan
para ganar elecciones, a lo mejor no las tienen suficientes para administrar y
gobernar, lo que a todas luces va en contravía de los intereses de todos
nosotros, los “gobernados”.
Por todas estas razones, bienvenido el nuevo convite al que nos
están invitando, éxitos, y ojalá se
sumen por miles las personas que se habrán de vincular a este noble fin. Sólo una observación, para no fracasar en
este propósito, que puede dar tantos
frutos: qué papel jugarán los políticos en la ejecución de los recursos? Tener una respuesta clara a esta pregunta dará
mucha tranquilidad a las personas que sientan el deseo de acudir a este llamado. Miro el futuro con optimismo y deseo ver más
allá de la iniciativa puntual, por eso aspiro a que este sea un comienzo para
que todos participemos en los asuntos de la ciudad, con vocación de servicio y profundo
entusiasmo, sinónimos de ser pereirano!!!.