jueves, 4 de septiembre de 2014

PARQUES A LA ORDEN 2

¿Han notado, quienes transitan por la calle 21, a la altura del Parque Olaya, la cantidad de muchachos que se dan cita en esa “esquinita” del parque, a hacer ejercicio en las máquinas instaladas allí por la Alcaldía?

Parece casi un pequeño tubo de ensayo, en el que se está probando que los parques dotados tienen audiencia.

Es así que, históricamente, la zona que mantiene en mejor estado, concurrida y utilizada convenientemente, en este mismo parque, es la que cuenta con las canchas de baloncesto.  Allí se llevan a cabo campeonatos, las personas juegan, trotan, pasean a sus mascotas, y, por ende, el parque allí es seguro.  Habría que compararla con el área más oriental, en inmediaciones de la antigua estación del ferrocarril: una zona sola, en la que se acumula la basura y que no tiene, por lo regular, ningún uso.

Se podría lanzar una teoría aventurada: lo que requiere la ciudad no son espacios verdes, porque ella misma está emplazada en un maravilloso espacio natural, diverso y prolífico, lo que se necesita son espacios públicos dotados.

Mientras tanto, los que planifican siguen buscando indicadores definidos por etéreas organizaciones, cifras teóricas que no consultan la realidad de las pequeñas ciudades de provincia de países en desarrollo, con sus problemáticas de administración y, sobre todo, con su constante falta de recursos.  Y se sigue soñando con hundimientos de avenidas y vías elevadas. 

Yo preferiría acciones más humildes pero más concretas, menos costosas y más “rendidoras”.  Dotación masiva de espacios públicos, para convertirlos en lugares de encuentro y actividad.  Un buen plan de vías, que priorice las intersecciones que se requieren con urgencia, y los tramos de vía inconclusos, para consolidar circuitos que descongestionen las avenidas principales.  Construcción de andenes, para que la gente pueda caminar con seguridad. Un programa conveniente de parqueaderos, para descongestionar las vías existentes, y para que las personas no tengan que disputarles a los carros el derecho a caminar por los andenes.  Una ciclo ruta por la Avenida Treinta de Agosto (qué pena ser tan repetitiva, ¡¡es que no es sino demarcarla!!).  En fin, menos sueño y más concreción, eso le vendría bien a esta ciudad.

Me acuerda de una Alcaldesa que tuvimos que salía con escoba a la calle. Puede ser una imagen pintoresca, pero a veces lo que falta es barrer, sacudir, pintar la fachada: ¡la verdad es que nos falta orden y nos sobra retórica!