Por ir “a la carrera”, las autoridades de Tránsito de Pereira están dispuestas a sancionar a los sorprendidos
ciudadanos que circulan por la avenida 30 de Agosto, en inmediaciones del
centro comercial Unicentro, en sentido oriente occidente.
Me han contado varias personas algo increíble, que los guardas
hacen retenes en este trayecto de la avenida e imponen sanciones por exceso de
velocidad, cuyo límite, según ellos, es allí de 30 Km/hora.
Según un artículo publicado por la Revista Semana el pasado 22 de
abril, titulado “La Bicicleta, más Rápida que el Trasmilenio y el Carro Particular”,
la velocidad promedio alcanzada por este tipo de vehículo es de 20 km/hr. Otras estadísticas hablan de promedios que
oscilan entre 15 y 25 km/hr. Así pues,
nuestras autoridades de tránsito pretenden que los ciudadanos circulen por una
vía de buenas especificaciones como si fueran en bicicleta, cosa bien simpática. Han sido muchos los que, sin estar excediendo
los 60 km/hr -velocidad establecida por el Código Colombiano de Tránsito para
el perímetro urbano-, se vieron multados.
Mientras tanto, en la ciudad, se infringen las normas sin ningún
reparo. Y ni hablar de la invasión del espacio público,
porque es Pereira una ciudad en la que, tristemente, cualquier persona se
siente con la autoridad de parquear, muchas veces en contravía, para ofrecer
todo tipo de frutas, camisetas, calzoncillos, tintos, etc.
Pero, volviendo al tema de los límites de velocidad, mientras las
personas decentes se ven “atrapadas” en esta especie de trampa estatal, en
horas de la noche, tipo 9 pm., se dan cita en la vía Pereira a Cerritos miles
de motociclistas (los he visto en las inmediaciones de la Glorieta del Pollo), para ir “de carrera”, ávidos de romper, estos
sí, todos los límites de velocidad, de la decencia y hasta de la cordura.
Es un secreto a voces que, en las noches, esta vía se convierte en
una especie de pista, escenario para que estos dementes desafíen todo tipo de
reglas, y se lancen, alucinados, en
frenéticas “competencias”, poniendo en riesgo no sólo su integridad sino la de
quienes circulan por ella.
¿Dónde están a esa hora las acuciosas autoridades de tránsito a
las que 30 km/hr les parece un exceso de velocidad? Y no me vengan a decir que la vía en cuestión
está fuera de su jurisdicción, que le corresponde a la policía de carreteras,
etc. Eso es sólo una formalidad. A todas luces, la ciudad ha crecido y se ha
expandido hasta Cerritos, y, por lo tanto, esta vía tiene un doble carácter, al
ser a la vez nacional, y urbana. Además,
muchas de estas “competencias” se llevan a cabo en vías que hacen parte del
perímetro urbano.
Ojalá las autoridades de tránsito revisen qué significa para ellos
ir “a la carrera” y si eso se parece a la velocidad, ridículamente baja, que han establecido. Y también que entiendan qué es ir “de
carrera”, y se enteren que las vías de la ciudad se convierten, en sus narices,
en improvisadas pistas en las que se arriesgan muchas vidas y se infringen
todas las normas.