martes, 31 de marzo de 2015

CONSTRUCCION DEL DESTINO TURISTICO

Si alguna vocación tiene nuestro territorio es la del turismo.

Estamos en una tierra privilegiada,  de clima y topografía benignos y exuberante naturaleza .

No sólo estas bondades otorgadas nos benefician, tenemos infraestructura
de transporte y servicios, que se diversifica y mejora, constituyendo al Eje Cafetero, y a Pereira como su centro, en un destino muy atractivo para los visitantes.

Las instituciones van haciendo lo suyo. La Cámara de Comercio le apuesta al turismo corporativo con la construcción del Centro de Convenciones, los inversionistas privados han abierto hoteles, restaurantes, servicios complementarios, la Alcaldía con la puesta en marcha del bioparque Ukumarí y la remodelación del aeropuerto.

Todas estas acciones son necesarias, pero aún no son suficientes para construirnos como destino turístico.

Es imperativo diversificar la oferta de actividades, y ya que no tenemos una gran arquitectura (muy importante en el turismo de ciudades), darle realce a nuestra naturaleza y a nuestras expresiones artísticas.  Extender ciclorutas rurales, oficializar las cabalgatas, proyectar al resto de la ciudad intervenciones como la Acua Avenida del río Otún.  Y, vigilar porque la ciudad esté limpia y ordenada: seguridad en las calles y sitios públicos, una amplia red de andenes y ciclorutas urbanas, y la malla vial en buenas condiciones.

Recuerdo que en el pasado diciembre, época en que los hoteles de la ciudad coparon su capacidad, se podía ver en la carrera 14, enfrente del hotel Movich, un hueco en la vía, una verdadera tronera que se burlaba, desde su existencia burda y desprevenida, de nuestros sueños de desarrollo y progreso.

¿Cómo es posible, me pregunté en ese momento, que en frente de uno de los principales hoteles de la ciudad, en plena temporada alta, exista semejante cráter?

Fue tanto mi dolor de ciudadana que hasta me atreví a hacer una llamada, de esas odiosas en las que uno ruega a un funcionario ¡que haga algo, por Dios!, para que no quedemos vendiéndonos como una porcelana mueca.


Y es que no basta solo con incluir las propuestas de desarrollo en los discursos y en los buenos deseos, o hacerlas parte de campañas con bonitos slogans.  A la ciudad hay que administrarla, precisamente, teniendo esos horizontes de desarrollo en mente y cuidando de que los recursos se dirijan de la mejor manera a lograr los objetivos propuestos. Cuando la ruta no está clara se corre el riesgo de perderse en la infinitud de los caminos posibles.

martes, 24 de marzo de 2015

PARQUES EN ADOPCIÓN

He leído con emoción la noticia divulgada en el periódico La Tarde, acerca de la gestión que se viene haciendo desde el sector privado para la adopción de los parques ubicados en el perímetro urbano. ¡Qué buena noticia! 

Es una realidad que  ante la negligencia o inoperancia del Estado -la cual ni siquiera es endilgable a una administración puntual sino que parece ser un mal de carácter estructural-, es deber del sector empresarial reaccionar y asumir responsabilidades concretas en el manejo de los temas más sensibles de la ciudad. 

Se dirá que los privados pagan impuestos, y que es obligación del sector público usar bien estos recursos para mantener todo en orden y funcionando.  Pero, tristemente no es así.  Es un hecho que muchas de las actividades de las que debería apersonarse la administración municipal van a la deriva, y que incluso los temas más trascendentes, como la planificación de la ciudad o la formulación de proyectos estratégicos, no encuentran en las distintas entidades ni el liderazgo, ni la decisión, ni la autoridad, para que la ciudad marche y se proyecte en debida forma.

He venido conversando con muchos actores del sector privado sobre la necesidad de inmiscuirse de manera más comprometida en los asuntos públicos, formulando propuestas, planteando alternativas de solución, e, incluso como en este caso, asumiendo labores concretas.  La beneficiada será la ciudad, los habitantes del entorno de cada uno de estos espacios públicos, pero, a la larga, también se beneficiará el sector privado.  Ningún empresario quisiera tener sus activos en una ciudad sucia, insegura, sin espacios públicos utilizables, porque todas estas variables de habitabilidad afectan las inversiones en ella realizadas y la viabilidad de empresas y negocios.

No es posible estar des localizado, y pensarse como en una burbuja sin tomar en consideración lo que sucede a nuestro alrededor, y, entre mayor capacidad económica y de gestión, mayor es el compromiso que debe asumirse en la conducción de lo que nos es común.

A propósito del tema puntual de los parques, una sugerencia.  Como en el parque del Perro en Cali, iluminación abundante (puede lograrse concitando la voluntad de la Empresa de Energía), y un vigilante de cuadra, con machete: el mismo que usará para mantener el jardín ordenado y a raya a los ladrones.  Luz suficiente y un salario mínimo con todas las prestaciones, y  tendremos en cada parque seguridad, orden y limpieza.  Una segunda fase podría consistir en dotarlos con juegos infantiles, pero, ¡vamos por partes!



miércoles, 18 de marzo de 2015

SE RECIBEN PATROCINIOS

Teatro “El Paso” es un emprendimiento cultural pereirano que ha logrado significativos reconocimientos, a partir de sus montajes de espectáculos teatrales.  Combinan la actuación con los muñecos, las máscaras, y la música en vivo, en el propósito de realizar “antropología teatral”, una propuesta estética contemporánea y diferente.

Además de las presentaciones permanentes en su sala, han venido desarrollando en varios municipios de Colombia las Escuelas para la Reconstrucción de la Memoria Histórica y, en el área metropolitana, anualmente, el Encuentro de Lecturas Dramáticas,  que en el próximo octubre tendrá su sexta versión.

Teatro “El Paso” y su lugar“La Textilería”, configuran un espacio público, de participación democrática, en el que a través de la cultura se afirma la ciudadanía.

Como reconocimiento a su trabajo han sido invitados el próximo abril a dos festivales internacionales: el de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, y el de Teatro Experimental en Shanghái.

Es significativo que Pereira cuente con grupos cuyas producciones culturales generan inquietudes intelectuales, y que el producto de su trabajo pueda ser exhibido internacionalmente; puesto que en el mundo en el que vivimos el centro sigue siendo europeo o norteamericano, y nuestras voces periféricas apenas si se levantan, vistas muchas veces con la falsa máscara de lo exótico.

Pero,  tenemos qué decir y proponer, en ello radica la importancia de este tipo de participaciones, sin las cuales lo que hacemos desaparece y nos volvemos inexistentes en el contexto global.

Para financiar su asistencia a dichos festivales, los integrantes de “El Paso” están haciendo una especie de “minga”, además de la presentación de su obra Ricardo III en el Santiago Londoño, el próximo miércoles 25 de marzo a las 7:30 pm.  Formas de ayudar hay muchas, desde comprar la entrada individual a patrocinios empresariales.  Algunas entidades,como la Cámara de Comercio y el periódico La Tarde,   se han vinculado pero, de los $30 millones iniciales aún les faltan $10 para sufragar el costo de los tiquetes. 

Hablamos mucho de pereiranidad, programas para creer en “lo nuestro”, pero esta conciencia de nosotros mismos pasa por la consolidación de un proyecto cultural propio, a partir del cual se pueda articular nuestra identidad.


Para ello, se requiere fortalecer las diferentes áreas de creatividad, en donde hoy, con las uñas y sin mayor apoyo, muchos obstinados se empeñan en construirnos como comunidad imaginada, relatada y puesta en escena: formas necesarias de reconocernos, y vernos frente a los otros, en nuestra singularidad.

martes, 10 de marzo de 2015

EL PROYECTO MÁS PINTORESCO DEL MUNDO

La Acuavenida del Río es un proyecto ciudadano, cuyo objetivo es la “potencialización espacial y social”.

Tomando un sector de vital importancia para cualquier ciudad, la ribera de su río tutelar, el grupo de promotores ha planteado un proyecto de embellecimiento de las fachadas de las viviendas y los espacios públicos, existentes aunque precarios, en las orillas del río Otún.

Actividades de creación artística que buscan mejorar el aspecto de inmuebles y alrededores,  y generar sentido de pertenencia en los habitantes de estos barrios, históricamente marginados. 

La participación de la comunidad es el pilar sobre el que, a mi modo de ver, se asienta esta iniciativa.  El proyecto, a diferencia de muchos otros, tiene una concepción participativa, no sólo en las obras artísticas a partir de las cuales se ha ido concretando, como las  esculturas funcionales de bancas y cercas, los murales y jardines, todos estos aportes en la dotación y el embellecimiento del espacio público; sino en su componente de capacitación a través de los talleres de creación “Curso del río”.

Estamos ante una variante o concepción contemporánea de nuestro ya legendario civismo, que ha dado en llamarse a sí misma Mecenazgo cultural.  Un grupo de personas con capacidades artísticas y voluntad de ejecución, que le han ganado camino a la vida en el terreno de sus ambiciones: con una clara oposición a la cultura consumista y de la ganancia acumuladora, su deseo es el servicio y la obra trascendente.

Ante este comportamiento solidario y comprometido con su hábitat, no queda más que expresar nuestra admiración e intentar imitar su ejemplo. 

Este grupo de artistas liderado por Edgar Velasco, y entre los que se cuentan Viviana Ángel y Álvaro Hoyos, le está dando una lección a los habitantes de Pereira y, sobre todo, a las instituciones.  Con muy poco han logrado cambios significativos y,  lo más relevante, interesar a una población tradicionalmente apática. 

Han contado con el apoyo de la CARDER -especialmente de la arquitecta Claudia Patricia Velásquez Lopera, con quien compartimos de vieja data el anhelo de la renovación del tramo urbano del río Otún-,  el periódico La Tarde, y ahora con el de empresas del sector privado.


Es mucho lo que falta por hacer y cada día más personas,  e instituciones como la Alcaldía o la empresa de Acueducto y Alcantarillado, deberían vincularse a este propósito.  La invitación es a acudir prestos al llamado que se nos hace: ¡Unirnos al cauce!

martes, 3 de marzo de 2015

LA HISTORIA DE MUCHAS OLGAS

Olga es una vecina del sector de Galicia que se gana la vida haciendo arepas.  Sale muy temprano con su asador, enfrente de la casa donde vive con una familiar.  Ambas son personas de edad, de formas gruesas y sonrisa fácil.

Voy regularmente donde ella y le converso, le pregunto por las cosas de su vida. 

Ella me cuenta acerca de cómo hacen las arepas, cuántas venden, en qué horarios, etc.

Pero, afligida, también  me ha contado la manera como todo lo que producen deben entregarlo, regularmente, a los emisarios de los prestamistas gota a gota.

Me ha dicho: somos pobres y no tenemos a donde más recurrir, en caso de necesidad hemos pedido prestado y tenemos que pagar.

Pero esto es peor que un taxímetro.  Olga empieza a asar sus arepas  a las 6 am., y  el gota gota la visita cada hora, hasta que termina su trabajo.

Se le lleva lo que produce, con lo cual, quedan estas mujeres en la misma situación que antes, o peor, porque ahora no tienen recursos pero sí deudas. 

Es la realidad de las personas humildes que intentan ganarse la vida a punta del trabajo que saben y pueden. No tienen conocimientos específicos o formación para el trabajo, o por su edad no consiguen ocupaciones laborales estables.  Subsisten a punta de rebusque, pero no tienen capital para comprar medios de producción.  Entonces, su vida depende de un pequeño asador hecho en una caneca partida a mitades, una parrilla, masa que se fía, manos que amasan, calor que se sufre con paciencia y sonriéndole a la vida.  Esa es la historia que se repite en cada esquina de Pereira.

Tengo otra amiga que hace lo mismo por allá por el barrio El Triunfo, en la ruta que se toma para llegar al nuevo acceso al Parque Industrial.  Ella es contenta, por definición. Sus arepas son deliciosas porque la masa es especial, pero parar allí es un problema.


No importa, tanto la una como la otra, como tantas otras mujeres que se ganan la vida y dan de comer a sus hijos usando sus manos para dar forma al producto, sus sonrisas para espantar los calores y los fantasmas de las deudas, son las personas a quienes los discursos de la inclusión, la equidad, la movilización social, todas estas retóricas vacías,  no han llegado ni llegarán.  Con palabras no se entrega “producido” a los gota a gota.