lunes, 10 de febrero de 2014

YOANI SANCHEZ, CUBA Y EL SISTEMA CAPITALISTA

Conté la semana pasada sobre la conferencia de Yoani Sánchez en el Hay Festival. El auditorio la despidió de pié, como reconocimiento a su valor, puesto que, de acuerdo o no con su mensaje,  es innegable que se requieren tenacidad y arrojo para enfrentarse a un sistema de gobierno reconocido por su disposición a la represión.
Lo que ella dice tiene eco, fundamentalmente,  porque en todas las latitudes el mundoestáávido de respuestas.  Los sistemas socialistas han decaído hasta llegar a su casi total desaparición, y el sistema capitalista, ese que Yoani anhela para su país, no está en capacidad de atender las necesidades de la población mundial.  Puede ser una mala noticia para los cubanos,  que pasaron del feudalismo de Batista a un prematuro socialismo que se desmoronó con la caída de su protector -la extinta URSS-  y no lograron,  a la vuelta de 50 años, más que ser un pequeño reino cuyo poder se hereda por los lazos de sangre (según sus palabras). 
Ella piensa que reunificando las dos Cubas, la de Miami con la que habita en la isla, y sirviéndose de las habilidades desarrolladas en la economía de mercado por sus compatriotas en el exilio, su país va a salir de su atraso.No quisiera desilusionarla, pero ese sistema que ella avisora como la esperanza de desarrollo para Cuba,  no tiene las respuestas adecuadas ni siquiera para los países denominados "del primer mundo".   Atraviesa por una profunda crisis y no halla líderes que puedan re inventarlo
No soy ajena a la doctrina socialista. Soy hija de un intelectual que vivió con esperanza humanitaria la revolución cubana, y crecí escuchando a Radio Habana Cuba.  Puedo comprender el sentimiento de frustración de un pueblo que apostó por el "hombre nuevo" y terminó defraudado y preso de una dictadura, no precisamente la del proletariado.
Por eso me pareció de quinta el espectáculo que daban, a la salida del auditorio -banderas y pancartas en mano- diez pseudo activistas que pretendían desacreditarla. Un grupo de personas que se prestaron para repetir, mecánicamente, un discurso desgastado e imposible de sostener por la evidencia:  defender el régimen Cubano.  Hoy, ni los comunistas más ortodoxos se atreverían a decir que Cuba es libre.  Acusando a Yoani de cómplice del imperialismo,  no logran opacar el mensaje que ella está trasmitiendo, porque la realidad es tozuda y a prueba de consignas arcaicas. 


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