El primer semestre de este año, será recordado en Pereira por haber presenciado un agitado movimiento de la ciudadanía en torno al traslado del Batallón San Mateo.
Al finalizar el 2016, el Alcalde tramitaba para su aprobación el Plan de Ordenamiento que había sido adoptado en el 2015, derogado por un fallo judicial.
En ese momento la ciudadanía organizada solicitó incluir, en los artículos del plan en discusión, una norma con más “dientes” para lograr, en el futuro desarrollo del predio del Batallón, una buena porción de espacio público.
El Alcalde hizo oídos sordos a esa pretensión, pero el hecho que realmente desató la furia ciudadana fue el haber exonerado al futuro proyecto de la contribución por plusvalías (iniciativa presentada por el actual presidente del Concejo, Steven Cárdenas).
Se levantaron todas las alarmas, y en medio de esta discusión (sopesando la ilegalidad del acto de exoneración) el Alcalde objetó el articulado, y lo reemplazó por uno nuevo en donde la norma quedaba plenamente abierta a lo que determinara la formulación de una Actuación Urbana Integral (sin mínimos que garantizaran la priorización del espacio público).
Al iniciar el 2017, se aparecieron por aquí el Ministro de la Defensa y los representantes de la Agencia Nacional Inmobiliaria Virgilio Barco, con un planteamiento inicial lleno de edificios y poco espacio público (el Alcalde había firmado un convenio con la Agencia para definir el desarrollo del lote, a comienzos de 2016, sin que prácticamente nadie lo supiera).
Y, ¡ardió Troya!
La ciudadanía reaccionó masivamente rechazando lo propuesto, y fue solo hasta la realización de un foro abierto –a instancias de la Cámara de Comercio-, que se vinieron a decantar las posiciones.
En el foro, ya no se vio al Alcalde comprometido con la iniciativa inicial. Había virado de defensor del proyecto de la Virgilio Barco a propulsor de un gran espacio público.
Igualmente, el Ministro Villegas estuvo más conciliador. Y, aunque intentó poner un término perentorio (en ese momento habló de seis meses), este pareció más un último acto desesperado en pos de salvar algo de su proyecto original, que un lapso realmente cumplible.
Una vez nombrada la nueva Secretaria de Planeación, estuvo invitada a una reunión convocada por la Cámara de Comercio bajo el slogan San Mateo Nos Une. Y no pasó más, hasta la fecha.
Muy acertada ha sido la Dra. Claudia Velásquez al señalar que la formulación de la AUI es competencia de la Alcaldía (sobre todo de la Secretaría de Planeación, añadiría yo). Y en tomar las riendas del proceso, que, a pesar de su buen juicio e interés, parece haber perdido toda prioridad en la agenda municipal.
Pasamos de la inminencia a la postergación en este tema. Hoy, ni siquiera se sabe si la Alcaldía cuenta con los recursos completos para contratar un equipo que formule el ordenamiento urbano, ni quienes lo conformarán. Y mucho menos se conoce el plazo estimado por el señor Alcalde para concluir lo que constituyó su máximo afán, apenas hace algunos meses.
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