viernes, 22 de noviembre de 2013

LA SALUD, ¿UN NEGOCIO?

Es el momento en que se tramita una nueva reforma a la Ley 100 de 1993, la que rige nuestro sistema de salud.  Sólo para ilustrar, hago mención a una queja que recibí de un ciudadano sobre el mal servicio que presta una EPS en Pereira.  Según lo que me relata, está muy enfermo de los pulmones, le dieron cita y le ordenaron unos exámenes.  Debía pedir una próxima para que el especialista le revisara los resultados, pero le dijeron que, como ya había tenido una, tenía que esperar 20 días para tener otra, que si estaba muy enfermo fuera a lo que llaman “consulta al día”, para que allí lo viera el médico general y volver a empezar. 

Parece una novela de terror, pero es el pan nuestro de cada día, puesto que, con la integración vertical de EPS e IPS (prohibida en la legislación pero realizada en la práctica), la atención de primer nivel es una pantomima, y es así como casos que serían fáciles de tratar se complican innecesariamente, lo que conduce a la saturación de los niveles más complejos.  Además,  no se están invirtiendo los recursos para la promoción y prevención en salud, que el Estado entregó a los particulares, los mismos que con una lógica puramente rentística prefieren jugar un juego financiero y obtener jugosos retornos, arriesgando la salud de todo un país.

Es cierto que hoy no se padecen las ineficiencias de un sistema burócrata estatal, pero es una verdad innegable que el sector privado ha hecho de la salud lo que sabe hacer: un negocio, y hay cosas que no se pueden tratar con la lógica empresarial. Obviamente se han ampliado las coberturas, pues los pagos son por número de usuarios.  Así las cosas, los privados han retardado u omitido la atención de primer nivel, y las acciones de promoción y prevención, porque igual les iban a pagar por afiliado, ¿para qué invertir?  Además, estando integrados verticalmente, y siendo que la atención en los niveles de mayor complejidad el sistema la remunera por proceso realizado, sería poco eficiente, administrativamente, disminuir los ingresos variables cuando los fijos están asegurados. 

Como tanto se ha dicho, es un sistema que estimula la enfermedad más que la salud.  Y lo peor, la reforma en trámite no parece ser más que un arreglo cosmético, en donde los intereses particulares, de lo que se ha convertido en una verdadera mafia, parecen mantenerse y hasta aumentarse.  Además los congresistas, quienes deberían ser el garante de la equidad, o tienen intereses directos o son objeto del intenso lobby de un sector repleto de recursos.  Hay que abrir los ojos y manifestarse, esta es una reforma que, como está presentada hoy, los ciudadanos no podemos tolerar.


Por otro lado, existe una disposición de los entes territoriales a tomar mayor participación en todos estos procesos.  Por ejemplo, hoy los usuarios pueden poner sus quejas sobre los servicios de salud en la página www.dlspereira.gov.co,  en el link  Servicio al Ciudadano,  de la Secretaría de Salud.  No cambia nada radicalmente, pero por lo menos proporciona un doliente cercano y de cara al ciudadano, no como la distante y etérea Súper Intendencia de Salud.

viernes, 15 de noviembre de 2013

EDUCAR ES UN OFICIO PERSONAL E INTRANSFERIBLE

Así sentenciaba una columnista de opinión de El Tiempo, al referirse a la controversia generada por la presentación de la actriz que encarna a Hannah Montana, en los premios MTV Awards 2013, cuyas fuertes escenas impactaron, al ser ella un ídolo de niñas y adolescentes. 

Cuando nacieron mis hijos decidí bajarle el ritmo a mi carrera profesional, para dedicarme con mayor énfasis a su educación.  Esta decisión me ha traído muchos “costos” y uno que otro sinsabor, aunque, a decir verdad, nunca he dejado de trabajar,  y he mezclado las actividades familiares con trabajos de menor intensidad.  El caso es que trato de pasar tiempo con ellos y de inducirlos a los deportes, a los juegos tradicionales (escondite, lleva, etc.),  y a la lectura.  Constantemente estoy intentando educar sus gustos mediante la exposición al arte, al contacto con la naturaleza y a otras influencias que considero positivas.  Sin embargo, mi lucha es infinita por sacarlos del reguetón, de la televisión, de las películas infantiles –que parecen todas variaciones sobre un mismo, pobre, argumento-, y, ahora,  de los video juegos. 

Aunque en casa aún no nos hemos decidido a comprarles un X BOX o un Play,  tenemos I Pad, aparato este tremendamente adictivo -se cuentan por miles los juegos que pueden descargarse, muchos de ellos bastante violentos-.

El que más detesto, y eliminé,  inmediatamente me percaté de su contenido, se llama Gangstar Río.  En él, recreando un ambiente de favelas, el jugador se convierte en pandillero, dealer o mafioso.  Tuve que tener con mis hijos una conversación muy seria, pues de manera inocente empezaron a decir que vendían drogas y cosas por el estilo.  Sufrí un shock emocional, y empecé a tratar de explicarles, cosa difícil porque tienen 5 y 8 años, el significado de sus palabras, lo perjudicial del consumo de drogas, el delito que constituye su comercialización (no sólo por ser ilegal, sino porque es una verdadera afrenta al género humano enriquecerse mientras se desgracia la vida de los otros), y demás elementos de moral y comportamiento social.  Dudo acerca de qué tanto hayan comprendido, pero entendí que son frases que repiten,  mecánicamente, extractadas de los video juegos o de los demás medios audiovisuales. 


Hay que estar muy vigilantes de lo que hacen y ven nuestros hijos.  Como dice la columnista, la educación es un oficio personal e intransferible, y, de acuerdo a las posibilidades de cada uno, hay que ingeniárselas para trasmitirles aquellos parámetros de conducta que harán de ellos buenas personas adultas.  Los niños aprenden mediante el ejemplo, y, para afirmar lo aprendido,  requieren de la repetición.  Esto no se logra si el tiempo que les dedicamos es mínimo. Existe una creencia, fomentada por la sociedad de consumo, de que los hijos necesitan muchas cosas, y trabajamos incansablemente para brindárselas.  Yo creo que los niños, para crecer felices,  necesitan muchas menos cosas y que, tristemente, no tienen lo que más requieren:  tiempo en compañía de sus padres.  

jueves, 7 de noviembre de 2013

RISARALDA: BOSQUE MODELO PARA EL MUNDO

La CARDER, con el acompañamiento de Caracol Radio, viene impulsando esta campaña, cuyo objetivo es llegar a sembrar dos millones y medio de árboles.

Los criterios para seleccionar los sitios de siembra oscilan entre áreas donde se abastecen los ríos y quebradas -que surten a los diversos acueductos del Departamento-, bosques productores y protectores,  o partes altas; y van hasta las vías y parques de los 14 municipios, llegando, incluso, hasta los bosques que existen alrededor de las instituciones educativas.

En este programa se van a invertir un total de 6 mil millones de pesos, y,  a la fecha,  se han sembrado 400 mil árboles.  Son muchas y diversas las especies de árboles nativos, pero, en esta ocasión, se ha dado prioridad al guayacán amarillo, aunque también se han incluido nogales y robles.

Mes a mes, Caracol acompaña una siembra masiva, en los corregimientos de Pereira y otros municipios del Departamento, con la ayuda del Ejército y la Policía.  Igualmente, durante estas jornadas,  se han realizado actividades complementarias, como ciclopaseos -en el caso de la siembra que tuvo lugar en el corregimiento de la Florida-, y, en todo caso, se ha tenido especial cuidado de tomar en cuenta a las comunidades aledañas, o beneficiadas.  Por ejemplo, en los colegios se ha tratado de vincular a las autoridades educativas, así como a los estudiantes. 

Para darle formalidad a la participación de las comunidades, y para generar en ellas un sentido de pertenencia y empoderarlas con el programa, las actividades de siembra se acompañan de la firma de un acta de compromiso,  cuyo objetivo es garantizar el cuidado posterior de las especies plantadas.

Existe un cronograma, y muchas localidades van a ser beneficiadas.  Al finalizar el año, se planea cerrar las actividades interviniendo un sector que, por su belleza y arborización, se ha convertido en emblema de nuestra región.  Se trata de la doble calzada Pereira - Cerritos,  en su recorrido hasta la ciudad de Cartago. 

Este tipo de programas alegran y entusiasman, y el componente de participación ciudadana, si se aprovecha bien, logra construir consciencia y cultura de protección del medio ambiente.

La Corporación tiene una amplia tarea pues, en ausencia de autoridades ambientales municipales, bajo su tutela gravitan todas las responsabilidades de conservación y protección de nuestro entorno.  Es una gran compromiso.  Aunque este es un programa muy vistoso, existe la obligación de realizar otro tipo de acciones, ya no tan amables, pues implican vigilar el cumplimiento de las normas ambientales y, en los casos necesarios, impartir las sanciones requeridas.  No obstante, es un papel imprescindible, pues no todo se puede dejar a la auto regulación, sobre todo en comunidades, como la nuestra, en donde la cultura ciudadana es precaria en exceso.  Elevo mi voz de aliento a la Corporación,  para que cumpla debidamente su papel, puesto que de su buen ejercicio depende la calidad de vida, presente y futura,  de todos los habitantes del departamento.


viernes, 1 de noviembre de 2013

PARQUEADEROS EN EL CENTRO DE PEREIRA

Asistí a la conferencia sobre movilidad,  dictada por el ex alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa,  e intenté parquear en los parqueaderos de Ciudad Victoria.

Al ubicarme en un espacio que estaba vacío, vino la encargada a decirme que no podía hacerme en él,  que esos lugares estaban destinados a quienes los arriendan por mensualidad.   Mi sorpresa fue mayúscula cuando, al preguntar dónde podía hacerme, me indicó la circulación.  Ante mi protesta, ella respondió con un “tranquila que ahí no le pasa nada”.

Esta anécdota me indujo a varias reflexiones.  Primero, me parece llamativo que los dos sótanos de Ciudad Victoria estén totalmente ocupados.  A lo mejor sí, y esto sería un indicador de que esta infraestructura está cumpliendo con su cometido,  de reducir el número de vehículos que entran al centro tradicional.  Claro que, como dicen,  “piensa mal y acertarás”, cabe la posibilidad de que el concesionario (la Alcaldía entregó el parqueadero a un privado para su administración) no esté dando uso al segundo sótano, por razones de costo, lo que estaría muy mal, pues, existiendo estos cupos, no tiene presentación que cobren por parquear carros en las circulaciones del primero.

Más allá del uso que un privado le esté dando a una infraestructura tan importante, que se construyó con recursos públicos, queda la inquietud sobre la necesidad de reforzar la política de construcción de parqueaderos en la periferia al centro.  Esta debería ir acompañada de algún incentivo, por parte del municipio, para estimular a que los privados los desarrollen. 

Eso me recuerda también que los “cazadores” de proyectos de carácter público, hechos con recursos del erario para que sean posteriormente usufrutuados por privados, en la pasada campaña,  andaban desesperados visitando a los dos bandos en contienda tratando de venderles la idea de hacer unos parqueaderos públicos debajo de la Plaza de Bolívar.  Gracias a Dios este esperpento aún no ha saltado, aunque no me fío, puede hacerlo en cualquier momento.

Nada más absurdo y contrario a la lógica y a la conveniencia, y a las políticas de ordenamiento, trazadas claramente en el POT. 

De las conferencias de Peñalosa siempre quedan cosas interesantes, aunque a veces ganen las que, personalmente, me parecen impracticables.  Se pueden escribir muchos artículos desarrollando sus tesis o controvirtiéndolas.  Pero, para empezar, un mensaje queda claro: cada vez más, se debe reducir el acceso de vehículos particulares al centro, y estimular el peatonal a través de espacios públicos (llámense aceras o bulevares).   Y ojalá, volviendo al terreno de los deseos, estuvieran libres de la odiosa invasión,  para que pudieran ser disfrutados por la gran mayoría de ciudadanos.  Esto de la ocupación indebida del espacio público es el acto de privatización más ramplón y vulgar, que, como claramente lo dijo el expositor, se disfraza de equidad y democracia.  Y, construir parqueaderos con recursos públicos y entregarlos a un privado para que se rente de ellos, y, de sobre mesa, preste un mal servicio, es algo muy parecido.