miércoles, 30 de septiembre de 2015

SE BUSCA PATRIA CHICA POR ADOPCION

Es llamativa la cantidad de personas de afuera de Pereira que últimamente están emigrando de sus ciudades natales, o de sus lugares habituales de residencia, fundamentalmente de Bogotá, y se están localizando en nuestra ciudad.

Esta situación es entendible, sobre todo en aquellos de familias pereiranas, que se fueron antaño a estudiar a la capital o al exterior, y quieren retornar porque desean una mejor calidad de vida para su hijos, al lado de abuelos, tíos y primos.

No obstante, nuestra ciudad también se ha convertido en destino favorito de habitantes de otras regiones, para fijar su residencia permanente, o, para construir casas de recreo. Algo que en el sector inmobiliario se conoce como la segunda vivienda.

Sucede frecuentemente que uno se encuentra con personas que han decidido venir a vivir a Pereira, porque aquí encuentran todas las facilidades (oferta comercial, una buena frecuencia de vuelos, facilidad para los negocios, etc.), y su calidad de vida es indudablemente mejor que la que ofrecen ciudades grandes como la capital. 

Conozco familias que se regresaron a Bogotá, en busca de mejores oportunidades laborales, y que están de vuelta, porque no soportaron los centros comerciales como único plan del fin de semana, ni los trancones, por decir lo más relevante.

Nuestra ciudad aún conserva ciertas condiciones favorables.  Una ubicación central, variedad de pisos térmicos y paisajes en un rango de tan solo unos kilómetros, diversidad de oferta comercial y de servicios. 

Sólo me preocupa que no crecemos en otros aspectos al ritmo en que habitamos la ciudad.  Las vías siguen siendo las mismas en el sentido oriente occidente. Y toda esta población migrante viene a ubicarse, fundamentalmente, en el sur occidente. 

La movilidad es un factor que puede bloquear a una ciudad. En Bogotá, las personas prefieren hacer trayectos a pié porque, indudablemente, saben que llegarán más rápido que si lo hicieran en su vehículo particular. El Transmilenioparece haber colapsado, y no es una solución de calidad para la población con capacidad adquisitiva.

Si en términos de movilidad en Bogotá llueve, en Pereira no escampa. El Megabús no ha podido ser integrado y todos los días pierde pasajeros.  Las motos nos han invadido. Los carros se venden por montones, y las avenidas principales siguen siendo las mismas dos.

Así que, bienvenidos todos los que quieran venir, pero si no hacemos algo pronto,  aunque no queramos,  lo que parecía tan bueno puede dejar de serlo.


jueves, 24 de septiembre de 2015

¡¡VAMOS COLOMBIA, ESTA TARDE TENEMOS QUE GANAR!!

Con este cántico, las barras animaron a los jugadores colombianos participantes de la eliminatoria de la Copa Davis entre los equipos de Colombia y Japón.  Evento que se realizó el fin de semana pasado en la cancha estadio Santiago Giraldo del Club Campestre, único escenario de este nivel en nuestro país. 

Más de tres mil espectadores diarios,contemplando a los deportistas de alta competencia disputar aguerridos  el cupo de clasificación.  Y,  aunque el resultado no favoreció a Colombia, lo que pudimos observar fue una magnífica exhibición deportiva.

La escuela de tenis del Club Campestre es un semillero deportivo de  proyección internacional. Contamos con un nutrido grupo de niños y jóvenes que en este momento supera los cien deportistas, con cinco jugadores con puntos ATP, y un cuerpo técnico de profesores que se ha formado durante un proceso largo que hoy vive su mejor momento.Realizamos el mejor torneo infantil de Colombia, Chiquitines, que se viene jugando en nuestra ciudad ininterrumpidamente durante los últimos veintitrés años: un espacio para que los más pequeños se inicien en la competición tenística, estimulados a ser buenos seres humanos antes que grandes campeones.

Todo ello obedece a un trabajo que de tiempo atrás viene siendo liderado por Eduardo Giraldo, a quien el tenis local le debe parte fundamental de lo que hoy es. 

Una de las firmas consultoras más importantes del mundo, IEG, ha publicado sus previsiones respecto del patrocinio deportivo a nivel mundial para el 2015, las cuales superan los 50.000 millones de dólares.

No es fácil acceder a cifras que revelen cuánto de este monto se dirige a cada deporte, pero es claro que el tenis es el más visto a nivel global después del fútbol, con torneos transmitidos televisivamente cada semana,y con escenarios que están siendo ampliados masivamente, puesto que ya no son capaces de albergar la asistencia que atraen. Al año 2014, en el ranking de los diez mejores deportistas pagados en el mundo, aparecen dos tenistas: Roger Federer y Rafael Nadal.

Por estas razones, convertir a nuestra ciudad en la sede del tenis suramericano, y masificar su práctica a todo nivel, es la apuesta.  Un propósito que trasciende lo estrictamente deportivo, en la búsqueda de nuevas alternativas de desarrollo económico y social.  Esperemos que así sea entendido por nuestras autoridades y que, en adelante, le den a esta intención la mayor relevancia en planes, presupuestos y agendas de los gobernantes. 


martes, 15 de septiembre de 2015

UN PROBLEMA DE SALUD PUBLICA

En un informe de la Contraloría General de la República, publicado en el año 2014, se registra que en el período comprendido entre el 2010 y el 2013,  en Colombia perdieron su vida un total de 114.037 personas por muertes violentas. De este total, 23.867  (21%) correspondieron a muertes por accidentes de tránsito, ocupando así la segunda causa después de los homicidios.

En el año 2013, un total de 302.484 personas sufrieron lesiones no fatales. De ellas, la violencia interpersonal ocasionó 158.798 víctimas, la violencia intrafamiliar produjo 68.230,  y los accidentes de tránsito 41.823. (Datos del INMLCF).

El informe en mención registra que la población más afectada por fallecimientos, según la condición de la víctima, fueron motociclistas, con más de 2.000 conductores cada año.
En cuanto al SOAT, entre los años 2008 y 2012, el sector asegurador reportó pagos de indemnizaciones por gastos médicos en más de 1.8 millones de casos.  En estos pagos, alrededor del 80% el vehículo involucrado en el accidente fue una motocicleta.
De lo consignado en el informe de la Contraloría, se desprende que los accidentes de tránsito, y entre ellos aquellos en los que están involucrados las motocicletas, son un verdadero problema de salud pública.
Más allá de las dificultades que se crean cotidianamente al tratar de circular en medio de su anárquica proliferación, pienso el drama de los menores de edad que se transportan en ellas sin ningún tipo de protección, en el número de años de vida saludable perdidos, y en las muertes prematuras.
Y en que el Estado,  en vez de regularlas, pareciera querer estimularlas: gozan de subsidios indirectos, como el pago del SOAT (pagan menos y son los más atendidos), no les cobran peajes, son los mayores infractores de las normas de tránsito sin ninguna sanción en la mayoría de los casos, y su proliferación ha ido en desmedro de la posibilidad de consolidar sistemas de transporte público.
Según un artículo del periódico La Tarde, publicado el pasado domingo, en Pereira circulan hoy 80.178 motos, y contando.
Una realidad que hará crisis más temprano que tarde.  Que tal vez requiera que Bogotá se sienta “invadida”, para que alguna autoridad se interese en resolverla .

Mientras tanto, el presidente Santos se toma fotos inaugurando nuevas ensambladoras, como la india Hero Moto Corp, para que estas se sigan llenando los bolsillos,  mientras los costos en muertes, lesiones y trancones, los pagamos todos los ciudadanos.  

martes, 8 de septiembre de 2015

AYLAN: LA CARA DEL HORROR

El francés Ernest Renan, a finales del siglo XIX, se preguntaba: ¿Qué es una Nación?

Los incipientes estados nacionales surgieron como resultado de la propuesta de la modernidad. Intentaron generar una estabilidad a medias en el polvorín que siempre han sido las comunidades humanas.  Fronteras impuestas, tradiciones culturales amalgamadas, superpuestas a viejos limites geográficos, cuyos ordenes aparentes y temporales están perpetuamente amenazados por el trasfondo ineludible de la confrontación.

Ya sea en la tribu arcaica, en los antiguos imperios, en los reinos medievales, o en las naciones contemporáneas; arropada bajo la égida del brujo, el sacerdote, el rey o el político, la historia de los hombres está estructurada por los conflictos entre las diferentes entidades sociales de cada época.  De ellos procede el desplazamiento, que ha sido por siglos el progenitor del desarraigo.

Humanos deambulando por la superficie del globo, desafiando a la geografía, apenas guardando el aliento necesario para no dar cabida a la desesperanza. Huyentes de conflictos que proceden de la rapiña por las riquezas de la tierra, pero que también son producto de la pulsión de destructividad humana, ejercida sin atenuantes sobre los otros por los fundamentalismos de todas las índoles y tiempos: los políticos, los raciales, los religiosos.

Familias desmembradas, lugares perdidos, lenguas abandonadas, costumbres que se llevan como un fuego a punto de extinción, reavivado todos los días por el dolor, la rabia y el anhelo de lo que jamás volverá a ser. Una realidad de siempre que se exacerba por periodos como el que hoy vivimos.

Imposible olvidar a los niños ahogados junto a la madre, arrancados por la furia del mar de las manos de su padre, náufragos de la balsa inflable de un mundo globalmente cegado por la ambición.   Maldita civilización pútrida, hediendo a billetes de rostros verdes.

La imagen de Aylan, zapatos azules camisa roja, de cara a la dura arena del corazón humano, parece apenas despertar a la sociedad occidental de su indiferencia cómplice y culpable. 

El conflicto Sirio arroja ya 7,6 millones de personas forzadas a dejar en sus hornos los panes a punto de salir, abandonados a la incertidumbre del exilio. 

Sin embargo, no es necesario llenar la boca de mar para morir de dolor.  Con 6 millones de desplazados, Colombia ocupa en las frías estadísticas del desplazamiento el segundo lugar a nivel mundial, después de Siria.  La tragedia de nuestro tiempo tiene en este suelo un aterrador teatro de excepción.





jueves, 3 de septiembre de 2015

DE LO QUE SE TRATA

La semana anterior, escribía en el periódico La Tarde acerca de las cirugías estéticas y su relación con los imaginarios.

Quisiera ampliar un poco mi posición.

Empiezo por decir que no me opongo a la cirugía plástica, como herramienta eficaz para corregir defectos mayores, secuelas de accidentes, y otro tipo de alteraciones que afecten gravemente la imagen que las personas tienen de sí mismas.

Lo que me interesa resaltar está por fuera de estos casos, y va más allá de los procedimientos quirúrgicos.

He querido señalar que, además de los riesgos físicos asumidos innecesariamente en estos procedimientos estéticos, lo que subyace es una ausencia de principios de vida edificantes y altruistas,  como el valor del esfuerzo, de la disciplina o el reconocimiento de la diferencia. Estas ausencias son rasgos propios de las sociedades des sujetadas,hiper individualizadas en la homogeneidad de la cultura de masas.

Los quirófanos están llenos de mujeres adultas que se han sentido exigidas por los estándares de belleza, pasado el esplendor de los años juveniles o registrados en sus cuerpos las marcas de eventos significativos como embarazos, cambios bruscos de peso, etc.  De adolescentes cuyos pechos no se desarrollan de acuerdo al tamaño “ideal”, de aquellas que desean caminos rápidos para lograr una figura esbelta, entre otros casos en la lucha por la obtención de imaginarios de belleza impuestos, a punta de implantes mamarios, el retiro de una que otra costilla, nalgas artificiales,o liposucciones. 

En ciudades como Pereira, predomina el tipo de mujer voluptuosa.  Sin embargo, en los estratos altos aunque aferradas al uso de las siliconas, se consolida un tipo de mujer ultra delgada, hasta límites que rayan con la anorexia, y, últimamente, la ortorexia, que es una obsesión patológica por consumir comida sana.

Desde el sicoanálisis se sabe que la construcción del YO, pasa por el reflejo en el TU.  En la construcción del YO femenino pesa mucho ese TU, representado en la mirada reprobadora de las otras mujeres, y sobre todo, de los hombres.  Sus comentarios machistas acerca del cuerpo de sus parejas, y esa comparación permanente con los modelos entronizados por los medios de comunicación, producen un efecto sicológico demoledor en las mujeres, que buscan desesperadas parecerse a los referentes mediáticos para satisfacer esa necesidad tan humana de ser aceptado o amado. 


Sin duda una manifestación de violencia, cuyas principales víctimas somos las mujeres, tristemente con la colaboración activa de nosotras mismas.