miércoles, 27 de mayo de 2015

LA FUERZA DEL EJEMPLO

Por disciplina y convicción, cedo el paso a los peatones cuando están esperando cruzar las calles, en las zonas demarcadas para tal fin. Me detengo, enciendo las luces de parqueo, intento persuadir a los demás conductores para que hagan lo mismo.  Llevo años tratando de perseverar en esta conducta, pues he creído que la fuerza del ejemplo es poderosa.

Dicen que una golondrina no hace verano. No obstante, he notado un cambio sutil en los últimos días:un número creciente de personas, en diferentes tiempos y lugares, acatando las normas de los pasos peatonales.

Hace ya más de diez años diseñamos una política de cultura ciudadana, con el equipo que estructuró ese mismo programa en la Bogotá de Mockus: Paul Bromberg y Rocío Londoño.  En toda mi experiencia en la administración pública,  tal vez este ha sido el proyecto formulado con mayor rigor, en el que yo haya participado.

Hicimos una gran encuesta para tener la línea de base, después de haber seleccionado tres campos de acción: respeto por la vida, uso debido del espacio público, y protección familiar. Diseñamos todos los formatos de seguimiento a las actividades proyectadas,   e intentamos ponerlas en marcha. Tarea compleja,  porque el modelo seleccionado por el Alcalde de turno fue ejecutar el programa a partir de todas las secretarías involucradas, y no centralizando su ejecución en un Instituto-como se hizo en Bogotá-, entre otros inconvenientes.

El proyecto está documentado,no es sino actualizarlo. Las problemáticas que dieron razón a su formulación siguen ahí, esperando a ser trabajadas.

Lo traigo a colación,porque estos cambios sutiles que menciono parten de algo muy potente:la interiorización de un deber que se expresa en el respeto por las normas.  Avances en la conciencia de los ciudadanos que, al no ser articulados en ninguna campaña en particular, seguirán siendo hechos aislados. 

¿No sería este el momento adecuado para potenciar los comportamientos individuales, e irradiarlos para que se vuelvan colectivos? 

Ciudadanos conscientes y dando ejemplo:  he allí un proceso que podría ser ampliado, cuyas bases son ciertas pues se afianzan en los propios involucrados.  Articular estos comportamientos con una campaña de cultura ciudadana: una iniciativa a liderar por parte de los colectivos ciudadanos, los gremios de la producción y entidades como la Sociedad de Mejoras.

De la mano de la sociedad civil organizada, Pereira puede transformar a sus habitantes en verdaderos ciudadanos, y mejorar así, ostensiblemente, sus perspectivas futuras en todo sentido.


miércoles, 20 de mayo de 2015

MEMORIA DE LA CIUDAD

Con la intención de seleccionar propuestas estratégicas, que el sector productivo pueda presentar a los candidatos a la Alcaldía de Pereira y a la ciudadanía en general, nos pusimos en la tarea de rastrear los antecedentes de planes y programas formulados en distintos momentos.

Estudios de planificación, prospectiva, planeamiento estratégico, planes de desarrollo, etc.; de la ciudad y de las entidades del orden municipal que cuentan con este tipo de ejercicios.

La primera conclusión que salta a la vista es que la ciudad tiene bien definidos sus ejes estratégicos de desarrollo.  Se trata entonces de elegir, juiciosamente y con criterio de prioridad,los proyectos que mayor impacto traerán en el transcurso de su ejecución, los de mayor potencial de transformación, así estos requieran tiempo y paciencia para llegar a obtener resultados positivos. 

Es seguro que aquellos proyectos verdaderamente transformadores no se alcanzarán en uno o dos períodos de gobierno. Pero, precisamente, la tarea del sector productivo deberá ser la de salvaguardar la constancia, en la realización de acciones tendientes a obtener los resultados esperados.  Y no permitir que intereses politiqueros, o pujas de poder, desvíen inconvenientemente el camino trazado por la ciudad.

La ciudadanía, directamente o a través de sus representantes,  ha hecho parte de todos los planes que han definido los sectores y proyectos estratégicos y, por lo tanto, ellos deben entenderse como mandatos ciudadanos, que deben ser respetados.

El entusiasmo por la tarea asumida es total.  Solamente, quisiera señalar que me he encontrado con algo que me aterra. En la Alcaldía de Pereira no conservan los documentos debidamente.  Quise hallar la evaluación del plan de desarrollo de dos períodos atrás. Me dijeron que la han destruido, aduciendo para ello un mal entendido criterio de “obsolescencia”.

No hay derecho a que se deseche el testimonio de lo ocurrido en materia relativa al desarrollo del municipio.  Así, ¿cómo haremos para no repetir, eternamente, los errores del pasado?Estamos ante una gran indolencia, una ausencia de consciencia cuya falta es grave.  

Planos, borradores de programas y proyectos, que costaron recursos a la ciudad y guardan la memoria de su desarrollo, no pueden ser enviados al pica papel apenas su recuerdo entibiece.  Su conservación debería ser rigurosa. No estamos tratando aquí con cualquier baratija que pasa de moda. 


Corregir este imperdonable error será el primer paso para reconocernos como comunidad imaginada, que se piensa y se representa precisamente a partir de este tipo de memorias.  

miércoles, 13 de mayo de 2015

LOS LIMITES DE LA DEMOCRACIA

Seguí con gran interés los foros realizados por el periódico La Tarde y Caracol Radio, en los que se trataron temas de vital importancia para el desarrollo del municipio de Pereira.

Los postulantes tienen niveles de capacitación, experiencia y prudencia diversos, según lo que oímos los pereiranos en las respuestas y propuestas a los asuntos planteados.

Me pareció percibir en algunos una excesiva seguridad en la exposición de intenciones absolutamente improvisadas o innecesarias.  Una “sobradez”, diría, que procede más de una capacidad verbal que de un pensamiento meditado y elaborado, sustentado en bases ciertas.  El discurso puede con todo, pero la persona que pretenda gobernar debe demostrar sensatez, así esta actitud no parezca electoralmente favorable.  Prometer de todo, incluso lo que no está al alcance de un administrador municipal, no sólo es imprudente sino irresponsable.

Los aspirantes deberían ser seleccionados por su capacidad para proponer alternativas de solución a los problemas más sensibles para la población,  y por el respeto que demuestren acerca de los procesos en curso.Puntualmente, me preocupan las posiciones de algunos en cuestiones tan decisivas como el Aeropuerto Matecaña o la integración del transporte. 

Además, está el componente pintoresco. Intenté verlo con gracia pero sólo me produjo frustración.  No hallo ningún provecho en permitir que cualquiera se postule para el primer cargo de la ciudad. No tengo nada contra las personas humildes o de baja instrucción, ni más faltaba, sólo pienso que cada uno debería ser consciente de sus capacidades y limitaciones.

No se trata sólo de un empleo deplorable del léxico y hasta de la dicción, que ya dejan mucho que desear en una persona que aspira a ser la primera autoridad de una urbe importante. Se trata de la pertinencia en los planteamientos.  Ser Alcalde, como todo trabajo, debería tener un perfil profesional mínimo definido.

Pareciera que la democracia permite decir “de todo”, y a todos participar.  Pero moralmente,aquellos que aspiran a liderar a una comunidad de más de cuatrocientos mil habitantes, no se pueden dar el lujo de dar cualquier respuesta.  Y, a sabiendas de que una ciudad es un sistema excesivamente complejo, que requiere conocimientos y formación para ser administrada, cada cual debería hacer consciencia de si cumple o no, con las calidades personales y la formación profesional mínima que se requieren para ser Alcalde.

La libre expresión y la participación democrática deberían tener ciertos límites, pero también existen los límites de la propia conciencia.

miércoles, 6 de mayo de 2015

LAS PROPUESTAS DE CAMPAÑA

Presenciamos por estos días el movimiento de banderas y discursos relativos a los males que nos aquejan. Todos los participantes en la contienda electoral pretenden tener las respuestas para lograr cambios significativos en las dinámicas que afectan a sus posibles electores.

Sé, porque incluso me he sentado con algunos de ellos, que cada una de las seis campañas activas a la Alcaldía de Pereira cuenta con personas de buen perfil, conocedoras de los temas y preocupadas por la ciudad, que están tratando de construir las mejores proposiciones. 

Por lo tanto, quisiera que me permitieran exponerles un punto de vista, general, pero muy importante.  El afán electoral no puede llevar a los diferentes grupos conceptuales, y por ende a los postulantes, a perder de vista dos cosas:

Primera, Criterio de Posibilidad: los distintos planteamientos deben ser realizables, esto es financiables y con sustento en cifras reales, y en los planes que ha construido la ciudad (que no son pocos).

Segunda, Criterio de Necesidad: así se trate de alternativas realizables, debería haber en ellas otro criterio de selección, este es que sean necesarias y que garanticen la continuidad de procesos que vienen en curso, es decir, debe haber un orden de prioridad. 

Lo digo porque es relativamente fácil salir al público con ideas aparentemente innovadoras, o tremendamente impactantes, que pueden no ser financiables o no necesitarse con la misma urgencia que otras, o que, siendo buenas, desconocen procesos en curso, pretendiendo solucionar problemáticas -como en el caso del transporte masivo-, desarrollando proyectos nuevos y costosos sin haber solucionado siquiera las dificultades que se generaron a partir de los proyectos anteriores, que en su  momento también fueron buenos y costosos, y por los cuales la ciudad ya hizo grandes apuestas.   

Así es que no sólo se trata de ganar las elecciones, se trata de que aquel que salga elegido va a tener que gobernar.  Y, al hacerlo, deberá considerar los criterios anteriores. Entonces se verá obligado a  reflexionar.  Si se echa para atrás estaría engañando a sus electores o, si persiste en el error, quedaría graduado de irresponsable y sería verdaderamente pernicioso, su período de gobierno sería prácticamente pedido.


Corregir en este momento es mucho más sensato.  Seguramente, dentro de este marco de necesidades y posibilidades, cada uno de los aspirantes podrá desarrollar muy buenas iniciativas, y las beneficiadas serán la ciudad y la región. Por eso, candidatos y, sobre todo, electores: ojo con las propuestas!!!