martes, 30 de junio de 2015

NO OLVIDAR EL PICO Y PLACA

Después de que recibí la sanción, en mis recorridos por la Avenida 30 de Agosto, he observado tres, cinco, o hasta más vehículos siendo objeto del temido comparendo.

Como la sanción disminuye en un porcentaje importante si se realiza un curso, llegué puntual a una residencia en los alrededores del Tránsito, muy mal adaptada para impartir estas capacitaciones.

Comenzamos nuestra introducción en la normatividad vial, de la mano de un instructor que llamaré Luis Fernando.Pensé, “qué aburrido,  si yo hice el curso del pase”, evitando recordar hace cuántos años fue.

Mi aburrimiento se convirtió en desconcierto porque el profesor no sólo exponía, sino que iba preguntando:  si las manos en el manubrio se ponen así o asá, o cómo adelantaría en tal o cual caso.

Empecé a incomodarme por tener que responder como en la escuelita de doña Rita. Intenté pensar en otra cosa, razón por la cual me llamó la atención.  Distraída, me dijo,  ante lo cual, mirándolo con cara de Nicolás Gaviria-el del famoso usted no sabe-, empecé a responder de mala gana, no fuera a ser que le diera por no aprobarme el bendito curso y perdiera la ida, la aguantada de calor y hasta el mal genio.

Así estuve, en la primera media hora, acompañada por otro “alumno” que contestaba extendiéndose hasta el delirio, y tres motociclistas jovencitos, que apenas reían nerviosamente, cada vez que se reconocían imprudentes en los ejemplos aportados por el expositor.

Tal vez en un momento empecé a notar que los años han pasado, desde aquel otro curso lejano,  que las normas cambian y hay nuevas complejidades a la hora de conducir.  De repente, algo en mí empezó a interesarse por Luis Fernando, quien, además, mostraba imágenes de aparatosos accidentes que aterrarían hasta a un doble de cine.

Concluí, en el balance, que los cursos sirven.  Es más, deberían ser obligatorios cada cierto tiempo.  Ni qué decir para los conductores de motocicletas, las mismas que se llevan en el carro del mercado junto a los huevos y la leche, sin que medie entre el acto de compra y la puesta en escena capacitación alguna.


Eso sí, señores del Tránsito, por caridad, pongan un letrero bien grande en el desvío anterior a Unicentro, que diga: “Señor conductor, AQUÍ comienza el pico y placa”. Disminuirán los ingresos por comparendos y cursos, pero hay que recordar que el objetivo no es sancionar, sino controlar el tráfico.

martes, 23 de junio de 2015

SOBRE EL MANTENIMIENTO VIAL

Las vías construidas son un activo de la ciudad.

Hemos invertido, generación tras generación, muchos recursos en la construcción de lo que hoy constituye nuestra malla vial.

Sin embargo, desde que se pignoraron los recursos de la sobre tasa  a la gasolina para apalancar las obras del Megabús, es notorio el abandono en el que quedó el mantenimiento de la malla vial.

Estos recursos, que antaño se dirigían a reparar vías o a reponer tramos completos de calzadas averiadas, no fueron reemplazados adecuadamente.

Y las consecuencias saltan a la vista.Por donde transitamos están presentes los odiados huecos.

En lugares como el barrio Los Alamos, las vías de acceso a la Universidad Tecnológica, o la Avenida 30 de Agosto, es notorio el deterioro de las carpetas y losas que sirven de pavimento.

Recientemente se han acometido ciertas reparaciones. Pero estas son sólo remedios superficiales para males muy grandes.

Carpetas que deben ser levantadas por completo son simplemente agujereadas, tratando de reparar los baches, pero estos se unen, y el arreglo termina siendo un remiendo cuya duración será corta.

Es obvio que lo mejor sería levantar los tramos completos y reemplazar definitivamente las calzadas, cosa que no se hace, debido a la ausencia de recursos suficientes y, también, por la ausencia de una política consistente de mantenimiento vial.

Habría que considerar si reparar completamente sería más económico que esos reparcheos extensos.

Otra duda grande que queda es la eficacia de las cuadrillas de obreros del municipio, quienes realizan estas labores.  Es corriente ver un gran número de obreros en los lugares de las reparaciones, de los cuales solo uno o dos trabajan,  mientras los otros, aparentemente, no están haciendo nada.

De todas maneras esta fuerza de trabajo hace parte de la planta de la administración municipal y se dirá que debe ser aplicada a ciertos trabajos, para no dejarlos completamente ociosos.

El orden de los recursos que se requieren para mantener adecuadamente en las vías de la ciudad,  y empezar a cubrir el faltante de los años anteriores, es de unos treinta mil millones de pesos año. 

Los recursos de la sobre tasa a la gasolina terminan su pignoración al Megabús en el próximo 2016.  La ciudad debe tomar conciencia de la necesidad de orientar estos recursos exclusivamente para el mantenimiento de las vías. De no hacerlo, se perderá lo que la ciudad ha invertido, con tanto esfuerzo, durante largos años de construcción y desarrollo urbanístico.




martes, 9 de junio de 2015

BELLOS HASTA LAS LAGRIMAS

El pasado jueves se realizó la presentación del programa Semillas de Capital Social.  Iniciativa liderada por Yo Creo en Pereira, el Instituto de Cultura y La Fundación 20 – 30, con la que se intenta aumentar la cobertura de los programas de formación musical, a través de la donación de instrumentos musicales y recursos.

En el presente año, 518 niños y  jóvenes quedaron por fuera de la Banda Sinfónica por falta de instrumentos y espacio físico, y un instrumento es usado en promedio por 13 niños cada semana.

El DANE estimaba para Pereira la población infantil, entre 5 y 14 años, en 73.165, al año 2011 (Datos del portal Pereiravivedigital). En la actualidad, el programa tiene 1.443 niños y jóvenes inscritos en las áreas de bandas musicales, cuerdas típicas y cuerdas sinfónicas. En la relación con la población, este número representa apenas cerca  del 2% del total.

La situación tiene dos formas de ser mirada.

Una, es que existen los programas de formación cultural, por los cuales los niños y jóvenes se interesan, y que  participando en ellos pueden ingresar a un mundo distinto, de la sensibilidad y la disciplina, alejándose de los entornos difíciles en los que comúnmente se ven inmersos,  alcanzando un nuevo sentido para su existencia.

La otra es que,  a pesar de los esfuerzos realizados por el Instituto de Cultura, los recursos asignados son a todas luces insuficientes.

A pesar de estas realidades, pudimos ver a los niños y jóvenes, bellos hasta las lágrimas, emitiendo notas,  sutil viento enigmático emocionado, vida que se hizo aire sonoro en sus manos. 

Movimientos articulados, acompasada atención, que hicieron de la suya una presentación de esperanza, aferrados como estuvieron a su instrumento, mágico contacto de sus labios cobre y manos madera, realizando su interpretación como si se tratase de una caricia alegre.

Ellos son Dragones Nacientes y, a la vez, son Los Hijos de Sánchez, como dos de las piezas que sonaron esa noche.  Vivimos, a través de ellos,  ritmo, pies, ojos, cabezas, oídos, todos puestos en función de la explosión que llegó a nosotros, el público presente, como una marea de saxofones, trompetas, oboes, clarinetes,  tambores,  y violonchelos alados.


Ojalá la iniciativa alcance los objetivos que se propone.  No obstante,  queda la sensación de quepara lograr que muchos niñas y niñas tengan una vida distinta a partir de su contacto con la cultura, hace falta, sobre todo,  responsabilidad política traducida en presupuesto.

miércoles, 3 de junio de 2015

AGUA PURA, GESTIÓN CLARA

Sobre la campaña para tomar agua de la llave y la oportunidad que tuve de asistir a una reunión con el gerente de la empresa Aguas y Aguas, quisiera hacer ciertos comentarios.

Según lo expuesto por el gerente, la suya ha sido una labor basada en establecer un panorama de riesgos relativos a la empresa y a su principal insumo, el agua, y desde allí diseñar las medidas necesarias para mitigarlos.

Este diagnn ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽o en Pereira, y que su gestigu conducto la cuenca y el recurso ha ruta a seguir en ty desde all pereiranos a tomar aguóstico y las actividades que de él se han derivado, han sido complementados con un sistema de información en tiempo real que permite a la gerencia monitorear los aspectos críticos de la operación, siguiendo los indicadores definidos.

Quedan proyectos propuestos que deberán ser asumidos con responsabilidad por quien sea elegido como Alcalde: terminar el plan de colectores interceptores, construir el túnel de trasvase del río Consota al Otún, adelantar el ambicioso programa de reposición de redes, y la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales ubicada en Belmonte.  Algunos de estos propósitos están financiados, otros no, pero el avance es importante.  Es el caso de la planta de tratamiento, de la cual se dejarán listos los diseños definitivos.

No quedó lugar en la reunión mencionada para hablar acerca de la contratación (procedimientos para la adjudicación de contratos y número de contratistas por prestación de servicios).  Y es que no se trataba, ni mucho menos, de una rendición de cuentas. Sin embargo, a una labor tan importante le vendría bien un informe a la opinión pública acerca de las buenas prácticas administrativas de toda índole.

En cuanto al agua de la llave, he tenido comentarios acerca de los niveles del cloro, que algunos dicen percibir al tomarla o usarla para el baño diario.  Seguramente, los niveles del químico deben estar regulados, para garantizar la estabilidad y purificación del líquido a lo largo de las redes. No obstante, esta percepción a la que me refiero hace que muchas personas asocien el nivel de cloro en el agua con trastornos digestivos o de la piel.  Sé de muchos que usan filtros especiales para poder consumirla.


La divulgación de una gestión juiciosa, acompañada de las acciones tomadas a favor de la transparencia en la contratación, y la revisión de los niveles de cloro para reforzar una campaña a todas luces conveniente, son dos sugerencias que me atrevo a formular, para redondear en buena manera una administración que desde ya puede juzgarse como eficiente

martes, 2 de junio de 2015

AGUA PURA, GESTIÓN CLARA


Sobre la campaña para tomar agua de la llave y la oportunidad que tuve de asistir a una reunión con el gerente de la empresa Aguas y Aguas, quisiera hacer ciertos comentarios.

Según lo expuesto por el gerente, la suya ha sido una labor basada en establecer un panorama de riesgos relativos a la empresa y a su principal insumo, el agua, y desde allí diseñar las medidas necesarias para mitigarlos.

Este diagnóstico y las actividades que de él se han derivado, han sido complementados con un sistema de información en tiempo real que permite a la gerencia monitorear los aspectos críticos de la operación, siguiendo los indicadores definidos.

Quedan proyectos propuestos que deberán ser asumidos con responsabilidad por quien sea elegido como Alcalde: terminar el plan de colectores interceptores, construir el túnel de trasvase del río Consota al Otún, adelantar el ambicioso programa de reposición de redes, y la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales ubicada en Belmonte.  Algunos de estos propósitos están financiados, otros no, pero el avance es importante.  Es el caso de la planta de tratamiento, de la cual se dejarán listos los diseños definitivos.

No quedó lugar en la reunión mencionada para hablar acerca de la contratación (procedimientos para la adjudicación de contratos y número de contratistas por prestación de servicios).  Y es que no se trataba, ni mucho menos, de una rendición de cuentas. Sin embargo, a una labor tan importante le vendría bien un informe a la opinión pública acerca de las buenas prácticas administrativas de toda índole.

En cuanto al agua de la llave, he tenido comentarios acerca de los niveles del cloro, que algunos dicen percibir al tomarla o usarla para el baño diario.  Seguramente, los niveles del químico deben estar regulados, para garantizar la estabilidad y purificación del líquido a lo largo de las redes. No obstante, esta percepción a la que me refiero hace que muchas personas asocien el nivel de cloro en el agua con trastornos digestivos o de la piel.  Sé de muchos que usan filtros especiales para poder consumirla.

La divulgación de una gestión juiciosa, acompañada de las acciones tomadas a favor de la transparencia en la contratación, y la revisión de los niveles de cloro para reforzar una campaña a todas luces conveniente, son dos sugerencias que me atrevo a formular, para redondear en buena manera una administración que desde ya puede juzgarse como eficiente.