martes, 31 de enero de 2017

DE BORIS CYRULNIK A YURI BUENAVENTURA



La reciente versión del Hay Festival en Cartagena tuvo, como es costumbre, una gran cantidad de escritores, hombres de ciencia, periodistas, músicos, caricaturistas, entre otros representantes del mundo de la cultura.  Atravesamos momentos de incertidumbre en la geopolítica internacional con la llegada del señor Trump al poder en Estados Unidos, y localmente, tenemos la expectativa del posconflicto en relación con el acuerdo de paz firmado con las Farc.

A temas como estos se refirieron obligadamente algunos invitados al Hay como la periodista mexicana Carmen Aristegui o el escritor cubano Leonardo Padura, y los intelectuales colombianos William Ospina y Enrique Serrano. También lo hizo a su manera el pianista James Rhodes, dirigiendo al público antes  de su concierto una consigna: “fuck Donald Trump”.

Y no es que a las artes y a los artistas les obligue tomar una posición u otra, lo que puede llevarlos al riesgo de confundir sus expresiones artísticas con panfletos políticos.  Pero momentos históricos particularmente conflictivos y sus contextos,  captados con la especial sensibilidad del artista, seguramente estarán presentes en toda creación.  A este respecto rescato lo dicho por el etólogo humano, neurólogo, siquiatra y psicoanalista Boris Cyrulnik, también invitado al festival.
Mundialmente reconocido por sus teorías acerca de la resiliencia, esa capacidad humana de renacer a partir del sufrimiento post traumático, habló en Cartagena sobre héroes y súper hé roes en relación a sus teorías.

Para Cyrulnik no existen los héroes por fuera de la ficción. En la realidad existen personas corrientes luchando, enfrentando e intentando superar sus dramas particulares.  Y, en el caso de grandes sufrimientos colectivos como pueden considerarse las guerras, la persecución de los judíos por parte de los nazis o el conflicto armado colombiano, las artes cumplen una función muy importante:  la de plantear los aspectos dolorosos de lo sucedido de manera impersonal, buscando objetivar las situaciones.

La obra artística representa, como lo expresó el etólogo y psicoanalista francés, la medida justa entre hablar mucho y callar acerca de los sucesos que puedan haber dejado heridas profundas o impresiones muy negativas en la sociedad.

En el mismo sentido el cantante Yuri Buenaventura -oriundo de la población del mismo nombre, formado bajo la influencia de la cultura francesa y gran representante de la cosmogonía pacífica, que incorpora en su propuesta musical  elementos locales como marimbas y tamboras, y también elementos del jazz y de la  música popular francesa- propone un diálogo acerca de lo que ha sucedido con la violencia en Colombia.

Su música es una mezcla de diversas influencias culturales, que no se superponen de manera simple sino que se fusionan para lograr un resultado completo y novedoso . Pero, igualmente, plantea y reflexiona sobre las realidades más profundas de la sociedad colombiana de su tiempo, y, en este sentido, cumple una labor en relación con la articulación social, la discusión y, ojalá, la superación de lo que tanto nos ha impactado y marcado en los años que nos ha tocado vivir.

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