Una ciudad, aunque la percibamos como
espacio construido, está sustentada sobre una geografía, que comienza por una fuente hídrica y la
cuenca que la abastece, y que se prolonga en el espacio físico urbanizado a
través de los parques, zonas de protección, y, por supuesto, de la
arborización.
La silvicultura es una ciencia relativa al
tratamiento de las masas forestales, para obtener de ellas una creciente
productividad garantizando su sostenibilidad medioambiental.
Al cruzar estos dos conceptos,
silvicultura y protección del medio ambiente, y aplicarlos a la ciudad, nos
encontramos con una preocupación creciente en términos de la conservación de
los valores ambientales asociados con los territorios urbanizados, y de ello se
desprende la necesidad de realizar una aplicación específica de la
silvicultura, que se expresa en los correspondientes manuales para el manejo de
la arborización urbana.
Existen frente a la gestión de estos
recursos, diferentes posiciones. Unos
ciudadanos, imbuidos por la preocupación de época relativa al cuidado del medio
ambiente, se ubican radicalmente del lado de la conservación. Simplificando,
podría decirse que este grupo está en un extremo, y que, en el otro, se
encuentran aquellos que desean urbanizar a toda costa el territorio, para
quienes la protección del medio ambiente no parece ser prioritaria.
Entre estos dos polos, que relaciono más
en gracia de discusión que con ánimos de alguna caracterización, se ubica el
equilibrio, necesario en todas las actividades de la vida.
Para lograrlo, es necesario contar con
bases sólidas, científicamente construidas.
Por lo tanto, sólo un inventario como el
que se ha venido haciendo, de las especies ubicadas en la ciudad, y el concepto
de los expertos acerca de qué se debe conservar, en qué forma, y de qué puede
ser reemplazado, cierra las discusiones subjetivas al respecto. Objetivar la discusión es necesario, pues
puede ser que con buenas intenciones nos estemos aferrando a lo que no es, y
que por este camino se estén inviabilizando o perturbando proyectos
importantes.
El manual de silvicultura de Pereira
constituirá un gran aporte. No sólo será un marco de referencia para
hacer la gestión de los valores ambientales en la ciudad, sino que brindará una
perspectiva de cómo, técnicamente, ir construyendo el futuro de conservación y
protección que todos deseamos.
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