El pasado fin de semana se reunieron en Pereira 355 niños tenistas,
procedentes de muchos lugares del país.
Delegaciones de Atlántico, Santander, Cundinamarca, Antioquia,
Valle, el Eje Cafetero, entre otras regiones, se hicieron presentes para
participar del mejor torneo infantil de Colombia.
Cada uno de estos niños participantes concurre a la ciudad con sus
familiares, entrenadores, delegados, etc.,
convirtiendo este torneo en una fiesta multicolor de formación deportiva,
en la que los más pequeños tienen la posibilidad de foguearse en categorías que
van desde los 6 hasta los 12 años.
Un ambiente de festival fue el que se vivió durante estos días en
el Club Campestre de Pereira. Invitación
a la formación de los pequeños deportistas en el respeto por el otro, la
disciplina, el esfuerzo, y el disfrute
del deporte, como opción de vida saludable.
El torneo brinda a los jugadores novatos de todo el país la
oportunidad de medirse con otros que se encuentran en el mismo proceso
formativo, pues está concebido para que los niños puedan jugar durante todo el
fin de semana. Aunque hayan perdido en
alguna instancia, siguen jugando los cuadros de consolación, o participan en la
modalidad dobles. Lo importante en este
certamen no es ganar, sino hacer nuevos amigos practicando deporte.
Por eso todos son campeones.
A todos los niños se entregan
medallas, y se les realiza un festival para los más pequeños, todo ello
con el objetivo de que apropien el mensaje central: que es importante competir
con todo el ánimo, aunque no se siempre se pueda ganar.
Finalmente, también se juegan finales y hay ganadores, en
modalidades sencillos y dobles, y en las tres categorías en disputa, ocho, diez
y doce años.
Pero, no solo los deportistas más destacados ganan.
Con este tipo de certámenes, el Club Campestre de Pereira cumple
una importante responsabilidad social, fomentando el deporte y contribuyendo a que la economía se dinamice. Este fin de semana que pasó, los hoteles
tuvieron una magnífica ocupación. Tuve
conocimiento de familias que, no encontrando hotel disponible en la ciudad,
tuvieron que alojarse en el vecino municipio de Cartago. Además, todos estos visitantes, al salir del
torneo, consumen en otro tipo de actividades que redundan en beneficios para la
economía de la ciudad.
Por eso, larga vida a Chiquitines, y que siga cumpliendo de manera
destacada tan importante labor, en la formación deportiva y en el desarrollo de
nuestra ciudad.
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