martes, 18 de agosto de 2015

SOBRE LA PLANEACIÓN URBANA

Recurrentemente, se oye el argumento de que las generaciones pasadas no proyectaron adecuadamente la ciudad. 

Es menester decir varias cosas al respecto.

La planificación urbana, según datos obtenidos de los archivos de la Sociedad de Embellecimiento de Bogotá, y de Mejoras Públicas de Medellín, inició a comienzos del siglo XX, con el Primer Congreso de Mejoras Nacionales, liderado por el comerciante antioqueño Ricardo Olano, “entusiasta divulgador de las teorías del CittyPlanning”. 

La socióloga urbana e historiadora, Rocío Londoño, invirtió más de dos años de su vida académica investigando los archivos de ambas entidades, cuyas conclusiones se encuentran en un documento titulado: “Estética, Civismo y Regulación Urbana”.

En él se señala que, en 1917, poco antes de realizarse este Congreso, Ricardo Olano le propuso a la Junta directiva de  la SEB, elaborar un plano de la Bogotá Futura.   Este proceso, quefinalmente concluyó cinco años más tarde, y que se centró en seguir las directrices trazadas por el especialista francés Camilo Sitte, acerca de un planeamiento de conjunto con proyecciones de crecimiento al detalle, tuvo serios errores de previsión.

Por ejemplo, el plan mencionado contemplaba un desarrollo hacia el norte y el occidente, abarcando un área aproximada 6.000 Ha., para la creación de 42 barrios nuevos, que albergarían 800.000 habitantes, población estimada por el estudio para los siguientes 125 años. 

Cuál no sería la sorpresa al comprobar que, en 1.963, a tan sólo 40 años de la realización de dichas proyecciones, la capital del país tenía ya 1,697.311 habitantes, es decir, el doble de la población proyectada por los autores de dicho informe para 125 años.

Dicen que mal de muchos consuelo de tontos.  Pero, a la hora de sacar el espejo retrovisor, para juzgar las actuaciones de las generaciones anteriores a las nuestras, es bueno recordar que la sociedad es previsible sólo de muy corta manera y en algunos aspectos.  Es difícil adelantarse a los descubrimientos científicos, o a avances de la técnica, como el vehículo a gasolina o el internet, hechos a partir de los cuales las costumbres, y la misma habitabilidad del territorio, se han modificado radicalmente.


A lo mejor no estaban tan equivocados nuestros viejos, pues a pesar de las dificultades, disfrutamos en Pereira de vías y espacios públicos como la Avenida 30 de Agosto, el parque Olaya Herrera, y la Villa Olímpica. Nos falta mucho, pero no todo fue tan mal hecho, o carente de previsión, como a veces se supone.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo que la planeación no solo es técnica, pues está influenciada por el comportamiento humano y en mas ocasiones que las deseadas, por el egoísmo y la ambición particular.
    Al haber hecho parte de grandes proyectos, me he dado cuenta que la mayor falencia es la falta de integralidad en las soluciones dadas para tratar los problemas que esperamos haya en el futuro. No se percibe bien la influencia significativa que tienen unas cosas sobre las otras y/o los procesos que desencadenan con efectos adversos cuando no se realiza el análisis adecuado.
    De manera mas concreta deberiamos tener unos indicadores multidimensionales que se pudiesen simular para valorar la planeación como conjunto y no por áreas aisladas, tal como una simulación compleja de toda la ciudad en condiciones hipotéticas alimentadas por información real.
    Aterrizar el componente financiero, priorizar por causa-efecto-producto, el orden de ejecución de los programas y proyectos, involucrar el sector privado de manera tangible y proactiva es parte de los puntos mas complejos a resolver, sin mencionar que estos hechos que se planean, deberían estar claramente distinguidos en programas y proyectos de estado y programas y proyectos de gobierno.
    Aun no salgo de mi asombro de pensar que el corto plazo es valorado por la legislación como el período de un gobernante (eso es política de gobierno y debería ser de estado), que el mediano plazo son dos períodos, etc, a pesar de la incertidumbre en los hechos futuros, la ciencia-arte que deberíamos practicar es a muy largo plazo (100 años) con todas las posibles y vislumbradas situaciones que podrían darse, con modelos dinámicos de ajuste rápido, con valoración financiera acorde.
    Como sabrás, los latinos somos genios en descubrir lo malo de las cosas, pues esta genialidad es la que debíamos implementar en la planeación basada en el mecanismo de fallas, descubrir todas las posibles fallas y llenarlas con ingeniosas, sencillas y viables soluciones.
    Debemos aprender a domesticar los extremos entre soñadores y destructores de sueños, entre exceso de ambición y falta de coraje para asumir riesgos y retos, entre incomprensión del funcionamiento del cerebro humano y la falsa percepción de sobrediagnostico de los problemas que debe resolver este cerebro humano.
    concluyendo, es momento que la ciencia, la tecnología, la reunión de la experiencia y la juventud, con ideas frescas aterrizadas al mundo real proactivo, que la empresa privada y la academia, las personas seleccionadas por sus valores y virtudes, hagan parte del ideario que debe marcar las pautas para planear y vislumbrar el mejor futuro para la región.

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