lunes, 14 de abril de 2014

LO GOBERNABLE EN UNA CIUDAD

Recientemente el DNP ha divulgado los resultados de las acciones del gobierno para la reducción de la pobreza y pobreza extrema, en las zonas urbanas y rurales, y en las 13 principales ciudades.  La pobreza se reduce en 12 de estas ciudades y SÓLO crece en Pereira.  En el período de estudio (2012-2013) también aumentó la pobreza extrema en la ciudad.

Estas cifras han encendido las alarmas de muchos, y parecen no haberles dicho nada a otros.

Si bien no debería ser sorpresivo, puesto que nuestros indicadores socio económicos vienen en un proceso de deterioro de tiempo atrás (empleo, PIB, participación en las exportaciones, etc.), algunos apenas se asoman a esta realidad, y se sorprenden como quien acaba de descubrir el agua tibia.

Otros le endilgan la responsabilidad, exclusivamente,a los gobernantes de turno, y éstos, a su vez,  intentan lavarse las manos.

El sector privado no se manifiesta, o no lo hace contundentemente.

En reuniones con representantes de la Alcaldía, o en las intervenciones públicas de los políticos del partido que está en el gobierno municipal, incluso en las de aquellos que les sirven de divulgadores de información, se ha empezado a elaborar un curioso discurso,  que sigue la estrategia de la avestruz, ni más ni menos.   Esconder la cabeza en la arena y decir: ¡esta arena es un magnífico vividero! Y emprender una acusación: ¡ustedes, los formadores de opinión, flaco servicio le hacen a la ciudad criticándola tanto, aquí todo está muy bien!

Simpática posición.  El amor por Pereira es compartido por cuantos la habitamos, incluso lo dicen las cifras del programa Cómo Vamos: lo mejores indicadores corresponden al sentido de pertenencia que sus gentes tienen por la ciudad. Así que, no estamos hablando de una “falta de amor”.

Estamos hablando de que lo mínimo que esperan los ciudadanos de sus gobernantes es un discurso elaborado, para reconocer lo que está sucediendo (¡la realidad es tozuda, a veces no nos gusta, pero es la realidad!), y, sobre todo, una exposición clara de lo que se está intentando para cambiar las tendencias negativas.

Lo demás es bobería.

Convivir en un mismo espacio geográfico, cuando el vecino, el que nos topamos en el espacio público, el que vive en la indigencia, el desempleado, pereirano como nosotros, vive en condiciones de pobreza o de pobreza extrema, hace de nuestro proyecto de ciudad no sólo injusto sino INSOSTENIBLE!


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