Así se suele llamar a la empresa Aguas y Aguas de Pereira. Y no es para menos, no hay nada más
imprescindible para la vida que el agua. Una ciudad depende, totalmente, de este recurso que se debe cuidar como un
tesoro.
La contrapartida del agua pura son las aguas servidas. Por años las ciudades se desarrollaron sin
pensar en la contaminación producida por los desechos. En nuestro municipio, desde el año 1.996 y con recursos del BID, se emprendió el plan maestro de acueducto y
alcantarillado. En este último se han
invertido 98 mil millones, construyendo
68 km de colectores e interceptores, tuberías paralelas a los ríos que recogen
las aguas negras evitando que estas lleguen hasta los cauces.
Restan inversiones por 173 mil millones, hoy sin financiación, aunque he sabido que el
Gerente está gestionando estos recursos con buena probabilidad de éxito. Estos serán destinados, fundamentalmente, a la
construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales y a los túneles de
trasvase. El sistema de aguas negras
está diseñado para recogerlas a lo largo de la ciudad, de oriente a occidente, y
conducirlas por ambos ríos, el Otún y el Consota, en los colectores
paralelos. Pero la planta de tratamiento será una sola,
ubicada en el Otún, así que todo lo recaudado en el Consota debe ser trasvasado
hasta el Otún.
Ha sido un esfuerzo muy significativo que requiere para su
concreción de la construcción, por lo pronto, de los túneles (De la Dulcera al
Consota y del Consota al Otún), y del colector pendiente en el río Otún. De esta manera, aunque faltase la planta de
tratamiento (vale 120 mil millones), construyendo los túneles se haría rentable
lo ya invertido, puesto que aguas abajo
del punto de entrega del túnel principal, en el Otún, no hay zonas construidas. Además, se beneficiaría a la población de
Cartago, que hoy se ve afectada al ser
el Río Consota tributario de La Vieja, de donde toman el agua para su consumo.
Nuestra empresa tiene una de las cuencas más extensas y mejor
custodiadas. Por años se han comprado
terrenos para garantizar la soberanía sobre los territorios adyacentes a su
recorrido. De un total de 29.000
hectáreas que componen la cuenca, Aguas
y Aguas es propietaria de 6.000. Es un
verdadero paraíso, poblado por bosques
nativos y especies animales, que nos recuerda la majestad de la
naturaleza.
La empresa es el activo más estratégico con el que cuenta la
ciudad, ya que controla el insumo primordial sin el cual no podría
existir. Gracias a Dios que al frente de
ella está, de lejos, el mejor del
gabinete y de la casa política que ostenta el poder. Confiamos en su buen criterio para salvaguardar
los intereses públicos y desechar el camino facilista y pernicioso de la
privatización. Privatizar el agua
equivaldría a dejar de ser una sociedad que habita un territorio para
convertirnos en “dependientes” de una corporación. El reto que tiene esta administración es
demostrar que está en capacidad de cuidar las joyas que la ciudad le ha
entregado en custodia.
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