miércoles, 23 de enero de 2013

SOPINGA


Este nombre describe un lugar, un espacio geográfico,  recreado magistralmente por el escritor Caldense Bernardo Arias Trujillo en su novela Risaralda.

Según la descripción del autor, se localiza en las riveras del Cauca, y fue una brecha en el monte que abrieron nuestros antepasados recientes, para asentarse allí, en el puerto que hoy lleva el nombre de La Virginia.

Sinceramente, no se por qué esta novela, de tan excelsa redacción,  esta narración, tan salvaje como la misma Sopinga o como sus primitivos habitantes, que refleja de manera tan cruda como hermosa esa especie de anarquía fiera y festiva de la que todos los habitantes de estas tierras  conservamos un poco, no es texto obligado de lectura en las escuelas y colegios del Departamento.

Dicen que para entender el presente y forjar el futuro hay que conocer bien el pasado.  Y he aquí una buena herramienta para entender por qué nuestra región, y en especial Pereira, esta ciudad que se autodenomina “la querendona, trasnochadora y morena”, tiene esas características tan particulares, en sus gentes festivas, emprendedoras, fieras e indómitas, también informales, desabrochadas y pelioneras.  Si queremos conocernos mejor, tenemos que remitirnos a los orígenes, a quienes le ganaron tierra al monte y desafiaron las estructuras sociales  y fundaron en Sopinga su propio estado de libertad. 

Todos en estas tierras tenemos algo de Juan Manuel y de Víctor Malo, y las mujeres todavía conservamos la belleza y la fuerza sensual de la Canchelo. 

Con motivo del sesquicentenario de Pereira, un grupo de personas tuvo la idea de llevar esta historia al teatro.  Germán Jaramillo, actor manizalita, consagrado como el protagonista de la Virgen de los Sicarios, co fundador y partícipe del teatro Libre de Bogotá durante treinta años, y que actualmente reside en New York, es quien encabeza esta tarea.  Tuvo en sus inicios la ayuda de un gran hombre y conocedor de estas latitudes, el difunto Gabriel Germán Londoño, quien con su entusiasmo colaboró para prender la idea de llevar a las tablas esta novela. 

Hoy en día, la iniciativa continúa. Ya se hicieron los castings a los actores, quienes proceden de comunidades asentadas en cercanías del Río Cauca, en su gran mayoría, actores naturales a los que no les quedará nada difícil interpretar esta historia, la suya, la de su tierra y su gente.

Para concretar esta puesta en escena, Germán ha recibido la decidida colaboración de Mauricio Vega Lemus, director de la Cámara de Comercio de Pereira, y del Alcalde, a través del Instituto de Cultura.  Pero todavía faltan recursos.

Qué bueno que esta iniciativa llegue a buen fin.  El arte y la cultura siempre son bienvenidas, necesarias, y, si adicionalmente, lo que se recrea son las raíces, los orígenes de una comunidad que a lo mejor todavía no se conoce lo suficiente, el arte se convierte en un instrumento de sabiduría y de aceptación de las propias realidades.  Cuando se llega a este estado de saber común, se puede 

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