martes, 29 de marzo de 2016


EL TEATRO ESTÁ DE FIESTA




Muy interesantes la masiva convocatoria y la amplia programación del XV Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá que, durante los últimos dieciocho días, presentó a 45 grupos internacionales y 90 nacionales. 

Un evento con un costo aproximado de $22.000 millones de pesos que a su vez,  según un estudio de la universidad de Los Andes, por cada $1 que se invierte en él genera $4,3 en la vida económica de la ciudad.

Con una amplia división de obras infantiles, y muchas para todo tipo de público, el FITB convierte a Bogotá en distrito cultural de América Latina.

Para dar solo dos ejemplos.  El cirque Éloize, con su espectáculo ID, una puesta en escena  contemporánea del tipo musical,  que evoca a West Side Story representando el amor entre jóvenes de tribus urbanas opuestas que se enfrentan en duelos de breakdance y hip-hop.

O, el Slava´s Snowshow. La creación de Slava Polunin, ícono de la cultura rusa y el clown más prestigioso del mundo.  Un espectáculo difícil de definir: prácticamente mudo, tiene un eco a Beckett. No obstante su complejidad simbólica, es accesible a todo tipo de público.  Es divertido con un tipo de humor muy agudo, pero, extrañamente, es a la vez dolorido.  Muy hermoso, estéticamente hablando, despierta los sentimientos de los espectadores haciéndolos partícipes del espectáculo.

En cuanto a la programación infantil, algunas de las funciones se llevan a cabo en pequeñas salas concertadas con el Ministerio de Cultura.  Montajes muy creativos a los que acude masivamente el público.

Localmente tenemos esfuerzos relevantes como Teatro el Paso, que también es sala concertada con Mincultura.  No obstante, no se percibe claramente cómo lograr que en nuestra ciudad empiecen a gestarse eventos culturales de magnitud importante. Este tipo de manifestaciones deben ser subsidiadas por el Estado, puesto que hacerlas rentables desde las iniciativas privadas las condena a volverse comerciales hasta desdibujar su aspecto cultural. 

En el borrador del Plan de desarrollo de Pereira  se habla de las fiestas de la cosecha y un tema del despecho que,  como se concibe tradicionalmente, está lejos de ser una apuesta cultural en estricto sentido. 

Todavía es tiempo de incluir otras cosas porque, más allá de ser un motor de desarrollo económico, la cultura es otra forma de percibir el mundo, sensible y con contenido estético. Puede y debe ser un aporte en la formación de una actitud más comprensiva y tolerante, tan vital para mantener la sana convivencia ciudadana.  

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