martes, 24 de marzo de 2015

PARQUES EN ADOPCIÓN

He leído con emoción la noticia divulgada en el periódico La Tarde, acerca de la gestión que se viene haciendo desde el sector privado para la adopción de los parques ubicados en el perímetro urbano. ¡Qué buena noticia! 

Es una realidad que  ante la negligencia o inoperancia del Estado -la cual ni siquiera es endilgable a una administración puntual sino que parece ser un mal de carácter estructural-, es deber del sector empresarial reaccionar y asumir responsabilidades concretas en el manejo de los temas más sensibles de la ciudad. 

Se dirá que los privados pagan impuestos, y que es obligación del sector público usar bien estos recursos para mantener todo en orden y funcionando.  Pero, tristemente no es así.  Es un hecho que muchas de las actividades de las que debería apersonarse la administración municipal van a la deriva, y que incluso los temas más trascendentes, como la planificación de la ciudad o la formulación de proyectos estratégicos, no encuentran en las distintas entidades ni el liderazgo, ni la decisión, ni la autoridad, para que la ciudad marche y se proyecte en debida forma.

He venido conversando con muchos actores del sector privado sobre la necesidad de inmiscuirse de manera más comprometida en los asuntos públicos, formulando propuestas, planteando alternativas de solución, e, incluso como en este caso, asumiendo labores concretas.  La beneficiada será la ciudad, los habitantes del entorno de cada uno de estos espacios públicos, pero, a la larga, también se beneficiará el sector privado.  Ningún empresario quisiera tener sus activos en una ciudad sucia, insegura, sin espacios públicos utilizables, porque todas estas variables de habitabilidad afectan las inversiones en ella realizadas y la viabilidad de empresas y negocios.

No es posible estar des localizado, y pensarse como en una burbuja sin tomar en consideración lo que sucede a nuestro alrededor, y, entre mayor capacidad económica y de gestión, mayor es el compromiso que debe asumirse en la conducción de lo que nos es común.

A propósito del tema puntual de los parques, una sugerencia.  Como en el parque del Perro en Cali, iluminación abundante (puede lograrse concitando la voluntad de la Empresa de Energía), y un vigilante de cuadra, con machete: el mismo que usará para mantener el jardín ordenado y a raya a los ladrones.  Luz suficiente y un salario mínimo con todas las prestaciones, y  tendremos en cada parque seguridad, orden y limpieza.  Una segunda fase podría consistir en dotarlos con juegos infantiles, pero, ¡vamos por partes!



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