El año inicia con una petición caprichosa: reducir el horario de la
ciclovía, que se lleva a cabo los domingos de 8-12 a.m.
Aproximadamente unas 12.000 personas -datos recolectados por el
Colectivo Espacio y Ciudad y la Secretaría Municipal de Deportes-cada domingo
recorren los 13 kilómetros que unen a la Villa Olímpica con el CAM en
Dosquebradas, realizando diferentes actividades deportivas al aire libre.
Según los comerciantes, el cierre de la vía les resta ventas. Dudosa afirmación. Y, suponiendo que así fuera, lo que no se
está viendo en esta pequeña tempestad en un vaso de agua, es el océano que hay
en el horizonte.
No se trata de limitar la ciclovía, sino de aprovecharla como está
actualmente, haciendo una oferta comercial creativa para esta gran cantidad de
potenciales clientes. Los mismos que ni
en sueños visitarían los establecimientos de comercio un domingo por la mañana,en
esta misma proporción, así pudieran
llegar en carro. Y, a futuro, volverla
permanente, de todos los días y a todas horas.
Haciendo un buen diseño urbanístico, y usando el área de los
antejardines – en la 30 de Agosto es tan amplía que, según estudios, cabría
allí hasta otro carril vehicular-, se
puede hacer una cicloruta que una, no sólo a toda la ciudad de Pereira, sino a
la conurbación con Dosquebradas. Hacerlo
bien implica necesariamente incorporar a los comercios, quienes se verían
beneficiados por la afluencia masiva de ciclistas y, con una buena intervención de andenes, de
peatones.
A partir de esta infraestructura, la nuestra comenzaría a ser una
conurbación innovadora, y habitantes y visitantes tendrían cómo recorrerla. En una
ciudad el turismo se hace caminando o montando en bicicleta, jamás en carro. Y,
la movilización masiva de ciudadanos usando este medio de transporte es una
tendencia mundial.
Dejémonos de halar de las puntas de un
trapo, y empecemos a confeccionar nuestro futuro con visión y generosidad. No privemos a los ciudadanos de la posibilidad
de hacer deporte al aire libre de una manera segura y, a futuro, de usar la bicicleta como su medio de
transporte cotidiano.
Si de invocar la autoridad del Alcalde se trata, no es para eliminar
la ciclovía o para que reduzca su horario, sino comprometiéndolo a iniciar ya
un proyecto, no sólo para preservarla, sino para ampliarla y volverla un ícono
de la renovación urbana, la sostenibilidad ambiental y la movilidad. ¡Esas sí son propuestas, esa sí sería
autoridad!
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