martes, 20 de enero de 2015

EL SENTIDO DE LA VIDA PUESTO EN EL CUERPO

En el mundo contemporáneo hay una exigencia a vivir el momento, consigna hedonista de incitación a todo tipo de desenfreno.

Este modo de vida que se nos impone ingresa a nosotros a través del cuerpo.  En forma de comida, artículos para usar, corregir (como en el caso de las cirugías estéticas),  transportarse,o habitar.

Por un lado está el ideal de la figura perfecta,  la casa de revista, o la ropa de moda, por el otro, la realidad de los cuerpos mancillados en la orgía consumista, el vacío de los objetos que no abrazan, prótesis de todo orden que no sustituyen el sentido de la existencia.

Cada compra es un anhelo detrás del cual se esconde la soledad de los sujetos.  Cada artículo usado es una frustración, puesto que en él no habita la dicha prometida: su imperfección es relativa a la vida misma,  incompletud premeditada del ciclo del consumo.  Entonces surge, con afán casi neurótico, la oferta de una nueva ilusión, empaquetada hábilmente por el mercadeo como una manera de alcanzar la esquiva felicidad. 

El episodio de Daniela Ospina, en su presentación en el Bernabéu, me hace pensar que ella no era sólo una muchacha venida de la periferia del mundo cumpliendo un sueño mentiroso.  Era todas las mujeres del mundo expuestas, a través de ella, a la ferocidad de los estándares sociales de una comunidad cruel y vacía.  Su sueño se extinguió a la velocidad de los flashes disparados.  Su apariencia de joven latina y deportista no bastó para colmar las expectativas del tipo “spicegirl”. Y cedió.  Terminó agregando a sus senos siliconados una nariz de prototipo, de muñeca de vitrina. Ahora es lo que no era, y nunca será lo que anhelaba ser.

En el mundo de hoy, todos nos enfrentamos a presiones de este tipo. Por ello, es importante recordar que el cuerpo es un instrumento para vivir, que contiene la mente,  para llenarla de lecturas, de amores y tardes de sol, de logros en el trabajo y en la crianza, de aportes a los demás.

A la consigna de nuestro tiempo: “tu vida es tu cuerpo, tu ropa, tus muebles, tu carro”;debemos oponer resistencia.Estar orgullosos de las huellas que la vida bien vivida ha dejado en nuestros cuerpos, y del contenido que podamos darle a nuestras vidas.¡El cuerpo y los objetos son instrumentos para vivir, no la vida misma!




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