martes, 6 de diciembre de 2016

LA EMOCIÓN



El Alcalde de Pereira anunció hace días la liquidación del Instituto de Cultura para convertirlo en una Secretaria de Despacho.  

Se han esgrimido argumentos de todo tipo. La administración municipal sin duda tiene los suyos, y entrar en ese debate no es mi interés en este espacio.

Más bien, quisiera señalar nuevamente el valor de las instituciones como capital social, y lo que venimos presenciando como movimiento ciudadano, sin precedentes recientes, por lo menos  en  Pereira.

El Instituto de Cultura, a pesar de tanta politiquería que muchos mandatarios han fomentado indolentemente, tiene una serie de programas y ejecutorias que hacen que la ciudadanía lo sienta como suyo. No es solo una fría institución pública que los pereiranos miran con indiferencia. Artistas, gestores, músicos, niñas, niños y ciudadanos del común lo sienten como su casa.

Por otro lado, desde hace muchos años en la ciudad se viene oyendo a gremios del sector económico, autoridades públicas y columnistas de opinión, llamar ansiosamente a un nuevo civismo.

Hoy hay que decirles a muchos de los que así se han manifestado que no vivan del pasado. El civismo tuvo su tiempo y su contexto. Y lo que hoy se presencia en Pereira con el movimiento que solicita al Alcalde detener la liquidación del Instituto es, ni más ni menos, la voz de la Ciudadanía Activa. Aquella que ya no está dispuesta a estar alejada del debate, o que, tal vez, no se siente representada por quienes tradicionalmente han ejercido el liderazgo.

La emoción se apodera de mí cada vez que veo entusiasmo, capacidad de convocatoria, convicción y honestidad en este grupo de  defensores de la ciudad y la ciudadanía.  

Y resalto la honestidad porque, a pesar de tanto detractor de oficio o pagado, considero que los que han puesto su contribución a este movimiento ciudadano -que ya se hace notar incluso a nivel nacional-, no están allí defendiendo “la cuchara”.  Salvo contadas y acomodadas excepciones, la verdad es que si de defender el trabajo se tratara lo mejor habría sido el silencio. En esa posición orbitan hoy muchos actores representativos de la ciudad, lo que puede ser respetable pero que a la hora de refrendar su liderazgo los pone en una situación, por lo menos, dudosa.

Un hito en relación con la Ciudadanía Activa lo constituyó la última Cuadra del año, realizada el pasado jueves 1o de diciembre. Más de cuatro mil personas asistieron para ver y oír a los músicos de la Banda Sinfónica de Pereira celebrar, a ritmo de salsa y rock, sus 99 años de existencia, y para manifestar su inconformidad con la decisión de la liquidación.  

Allí no hubo buses, ni tamales, ni líderes gestionando la participación. La ciudadanía desbordó La Cuadra en una demostración de los intereses que realmente la convocan y de los espacios que ha ido haciendo suyos. Los mismos que, a juzgar por la fuerza del movimiento ciudadano, los pereiranos no estamos dispuestos a perder tan fácilmente.


Foto por: Jess Ar



VÍDEO COLUMNA






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