martes, 8 de octubre de 2013

TODA BUENA ACCION TIENE SU JUSTO Y MERECIDO CASTIGO

En el año 2011, realizamos un estudio de la malla vial construida, cuyo resultado fue entregado, a través de CAMACOL,  al actual Alcalde.  Allí figuran varios proyectos,  que ojalá se tomen en cuenta a la hora de revisar el POT.  Son obras sencillas, que pretenden completar tramos de vías o  mejorar las intersecciones, con la idea de formar anillos que sirvan para ir y venir de los lugares con mayor flujo de vehículos, como el Centro, la Circunvalar, Cuba, la UTP, etc.

Las obras que se están proponiendo para ejecutar por valorización están incluidas en el estudio.  ¡Qué bien que hayan sido acogidas!  Pero me llama la atención que,  a la hora de definir su trazado, no se haya tenido en cuenta al gremio que las propuso.  En lo que a mi respecta, debería aprender de una vez que las cosas regaladas nadie las valora.  Así el estudio haya sido bueno, al obsequiarlo, aparentemente nos invalidamos para participar de su concreción.  Y eso que no estábamos detrás de ningún contrato!!!

Se han hecho muchas consultas a otros profesionales, lo cual está bien.  Pero, estos no son proyectos de ingeniería simplemente, son vías, que hacen parte del ordenamiento urbano, y, como cuesta tanto construirlas, hay que tener especial cuidado de que sus trazados coincidan con intenciones de desarrollo; articularlas con el espacio público, los equipamientos colectivos, o los procesos de renovación urbana.  Además, en ello Planeación Municipal debería ser actor de primera línea. ¿Así ha sido? No parece.

Hay que decir que algunas de nuestras propuestas fueron mejoradas, por ejemplo, la intersección en la Avda. Sur, a la altura del Barrio El Jardín.  También ha habido críticas razonables a lo propuesto, como en el empalme del Anillo Vial Circunvalar a la cra. 12.  Sin embargo, en este caso puntual, pensando la ciudad con una visión sistémica, no se debería olvidar que esta conexión se requiere para que el par vial haga parte integral del Anillo Longitudinal.  La ingeniería y la arquitectura deberían resolverlo, causando el menor impacto posible, pero nunca abandonando el objetivo.  Renunciar a la conexión por la cra. 12 y plantearla por la calle 13, desconecta totalmente el proyecto del Anillo.

En cuanto a la necesidad de otra salida del centro tradicional, alternativa a la calle 18, se propuso intervenir el Parque Olaya, que es patrimonio, lo cual implica que se deberá contar con la participación de arquitectos especialistas en el tema.  La bondad de darle continuidad a la calle 20 (y no por la calle 21, como se pretende), radica en su capacidad de conexión con la Avenida Belalcázar.    Además, la 21 hoy funciona muy bien como acceso al centro, ¿qué necesidad hay de volverla de doble sentido? 


Resumiendo, hicimos con dedicación un plan que nadie nos estaba pidiendo y se lo regalamos a la ciudad.  Se va a cobrar valorización (tributo bastante impopular), y las cosas no se van a hacer del todo bien.  Y  ni siquiera pudimos participar en la estructuración de los proyectos.  Como dicen: ahí tienen para que aprendan!!!

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