La buena mano se nota. Es lo que viene sucediendo con la Secretaría de Gobierno.
Adriana Vallejo se echó al hombro una tarea difícil, asumir el gobierno de la ciudad, pero ya empieza a hacerse evidente que hay alguien con juicio encargado de estos temas. Hay que advertir que ese cargo es quizás el de mayor dificultad de la administración municipal porque es el que está llamado a poner orden en una sociedad con un alto índice de informalidad y resistencia al cumplimiento de las normas.
Y aunque los logros serán parciales, porque un solo Secretario de Despacho no es capaz de modificar radicalmente las condiciones de gobierno (de eso hablé en mi artículo de la semana pasada), se empiezan a ver acciones que nos llenan de esperanzas.
Es cuestión de hacer la tarea, de tomar decisiones y de rodearse de buenos colaboradores (en este caso se le ha permitido vincular por lo menos a dos buenos profesionales en los temas de control del espacio público y de seguridad y convivencia).
La ciudad empieza a sentir que eso está pasando. Se nota en el llamado al orden a la publicidad visual exterior, en los controles que viene haciendo la policía, en las labores realizadas en las zonas donde se concentra el microtráfico, en el haber asumido el reto de los programas de cultura ciudadana, entre muchos otros aspectos que tienen que ver con el día a día del control de la convivencia en sociedad.
A todas estas, aún no se decide a nombrar a nadie en el despacho quizás más importante que tiene la administración municipal, la Secretaría de Planeación. Ojalá primen allí los argumentos técnicos, la experiencia y la calidad humana del funcionario a seleccionar. Por favor, Alcalde: aleje de la decisión, respecto a los cargos centrales de su administración, los criterios de cuotas burocráticas. Verá cómo, haciéndolo, le rinde a usted y le rinde a Pereira.
Fotos: Jess Ar
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