martes, 15 de septiembre de 2015

UN PROBLEMA DE SALUD PUBLICA

En un informe de la Contraloría General de la República, publicado en el año 2014, se registra que en el período comprendido entre el 2010 y el 2013,  en Colombia perdieron su vida un total de 114.037 personas por muertes violentas. De este total, 23.867  (21%) correspondieron a muertes por accidentes de tránsito, ocupando así la segunda causa después de los homicidios.

En el año 2013, un total de 302.484 personas sufrieron lesiones no fatales. De ellas, la violencia interpersonal ocasionó 158.798 víctimas, la violencia intrafamiliar produjo 68.230,  y los accidentes de tránsito 41.823. (Datos del INMLCF).

El informe en mención registra que la población más afectada por fallecimientos, según la condición de la víctima, fueron motociclistas, con más de 2.000 conductores cada año.
En cuanto al SOAT, entre los años 2008 y 2012, el sector asegurador reportó pagos de indemnizaciones por gastos médicos en más de 1.8 millones de casos.  En estos pagos, alrededor del 80% el vehículo involucrado en el accidente fue una motocicleta.
De lo consignado en el informe de la Contraloría, se desprende que los accidentes de tránsito, y entre ellos aquellos en los que están involucrados las motocicletas, son un verdadero problema de salud pública.
Más allá de las dificultades que se crean cotidianamente al tratar de circular en medio de su anárquica proliferación, pienso el drama de los menores de edad que se transportan en ellas sin ningún tipo de protección, en el número de años de vida saludable perdidos, y en las muertes prematuras.
Y en que el Estado,  en vez de regularlas, pareciera querer estimularlas: gozan de subsidios indirectos, como el pago del SOAT (pagan menos y son los más atendidos), no les cobran peajes, son los mayores infractores de las normas de tránsito sin ninguna sanción en la mayoría de los casos, y su proliferación ha ido en desmedro de la posibilidad de consolidar sistemas de transporte público.
Según un artículo del periódico La Tarde, publicado el pasado domingo, en Pereira circulan hoy 80.178 motos, y contando.
Una realidad que hará crisis más temprano que tarde.  Que tal vez requiera que Bogotá se sienta “invadida”, para que alguna autoridad se interese en resolverla .

Mientras tanto, el presidente Santos se toma fotos inaugurando nuevas ensambladoras, como la india Hero Moto Corp, para que estas se sigan llenando los bolsillos,  mientras los costos en muertes, lesiones y trancones, los pagamos todos los ciudadanos.  

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