Sobre la campaña para tomar agua de la llave y la oportunidad que
tuve de asistir a una reunión con el gerente de la empresa Aguas y Aguas,
quisiera hacer ciertos comentarios.
Según lo expuesto por el gerente, la suya ha sido una labor basada
en establecer un panorama de riesgos relativos a la empresa y a su principal
insumo, el agua, y desde allí diseñar las medidas necesarias para mitigarlos.
Este diagn óstico y las actividades que de él se
han derivado, han sido complementados con un sistema de información en tiempo
real que permite a la gerencia monitorear los aspectos críticos de la
operación, siguiendo los indicadores definidos.
Quedan proyectos propuestos que deberán ser asumidos con
responsabilidad por quien sea elegido como Alcalde: terminar el plan de
colectores interceptores, construir el túnel de trasvase del río Consota al Otún,
adelantar el ambicioso programa de reposición de redes, y la construcción de la
planta de tratamiento de aguas residuales ubicada en Belmonte. Algunos de estos propósitos están
financiados, otros no, pero el avance es importante. Es el caso de la planta de tratamiento, de la
cual se dejarán listos los diseños definitivos.
No quedó lugar en la reunión mencionada para hablar acerca de la
contratación (procedimientos para la adjudicación de contratos y número de
contratistas por prestación de servicios).
Y es que no se trataba, ni mucho menos, de una rendición de cuentas. Sin
embargo, a una labor tan importante le vendría bien un informe a la opinión
pública acerca de las buenas prácticas administrativas de toda índole.
En cuanto al agua de la llave, he tenido comentarios acerca de los
niveles del cloro, que algunos dicen percibir al tomarla o usarla para el baño
diario. Seguramente, los niveles del
químico deben estar regulados, para garantizar la estabilidad y purificación
del líquido a lo largo de las redes. No obstante, esta percepción a la que me
refiero hace que muchas personas asocien el nivel de cloro en el agua con
trastornos digestivos o de la piel. Sé
de muchos que usan filtros especiales para poder consumirla.
La divulgación de una gestión juiciosa, acompañada de las acciones
tomadas a favor de la transparencia en la contratación, y la revisión de los
niveles de cloro para reforzar una campaña a todas luces conveniente, son dos
sugerencias que me atrevo a formular, para redondear en buena manera una
administración que desde ya puede juzgarse como eficiente.
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