A riesgo de repetirme, he estado haciendo una serie de artículos
sobre la cuestión del aeropuerto. Pido
comprensión a mis lectores. El proyecto más importante de los años pasados y
del futuro por venir, requiere de las decisiones más oportunas en el inmediato
presente.
Hasta ahora, estamos ejecutando unas obras de la primera etapa e
intentando estructurar una APP, en la búsqueda de un apalancamiento financiero para
la remodelación de la terminal. Pero, siguen faltando obras claves.
En cuanto a los recursos de la venta de las acciones de la
telefónica, dije que creía que debían destinarse a este proyecto. Si yo fuera el Alcalde, no lo dudaría. Él tiene en sus manos el proyecto más
estratégico de la ciudad y la región.
Esto puede ilustrarse pensando en las otras inversiones estratégicas que
se están realizando, el Parque Temático o el Centro de Convenciones, por
ejemplo. Estos proyectos necesitan de
una terminal aeroportuaria de clase mundial.
Nada es tan importante en este momento, e, incluso, al Alcalde le
convendría inmensamente concentrarse en un solo gran proyecto estratégico, que
en realidad es un pool de proyectos.
En este orden de ideas, es menester contemplar esta iniciativa como
una operación inmobiliaria.
Considero completamente erróneo permitir que los predios contiguos
a la inversión más importante de la ciudad se ganen toda la plusvalía, y nosotros
mirando. No tengo nada contra la
Sociedad de Mejoras (que de paso tiene una función de beneficio público) y
mucho menos contra el clero. Pero, el proyecto del aeropuerto es un macro
proyecto que debe, necesariamente, involucrar estos dos predios (el actual
zoológico y el cementerio Prados de Paz).
Para ello existen los recursos (lo que se necesite de los $60 mil
millones) y la legislación. Sin disputas
personales, y sin permitir que se involucre indebidamente a dios en el tema, el
municipio debe declarar de utilidad pública y expropiar, con la debida
indemnización, dichos predios, e incorporarlos al desarrollo de la
infraestructura aeroportuaria.
Y, desarrollarlos, ¿en qué? Pues en locales
comerciales, parqueaderos, un terminal terrestre satélite, un sitio para rentar
carros, un hotel, bodegas para distribución y almacenamiento, y tantos espacios
que un verdadero aeropuerto requiere. Mirando
sólo el referente nacional, ¿es acaso pequeña el área que ocupa el aeropuerto El
Dorado? Los aeropuertos son verdaderas empresas inmobiliarias, en los que la
pista, necesaria, no termina siendo lo más importante.¡El Aeropuerto Matecaña NO es un simple terminal de transportes!
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