En el reciente congreso de la Cámara Colombiana de la
Construcción, CAMACOL, realizado en Cartagena, se volvió a hablar de ciudades
compactas.
Los argumentos a favor de las ciudades densas son bien estudiados,
y no les falta razón a aquellos quienes consideran necesario un cambio de
perspectiva. Pero, no tendría ningún sentido intentar cambiar el modelo de
ciudad de un día para otro.
Más sensato parecería intentar transformaciones planificadas, que
se vayan haciendo por sectores, para convertirlos en lugares en los que se tendría todo
“a la mano”: habitación, trabajo, estudio, salud, recreación, deporte, etc. Siempre
teniendo en cuenta que, al construir sobre la ciudad ya construida, las
dificultades en la gestión del suelo harán imprescindible la participación del
Estado.
Para el caso de Pereira, queda la sensación de estar llegando
tarde a este debate, cuyo momento debió haber sido la redacción del primer POT formulado
en el año 2.000. La realidad de hoy
muestra que la ciudad ya se expandió. Para
comprobarlo,sólo se necesita observarla desde el aire en una noche despejada.
Así que, la discusión debería ser otra, girando en dos
sentidos. Cómo hacer para que esos
vacíos, aún sin desarrollar, se urbanicen bien; planteando desde la Alcaldía un
macro urbanismo, concreto, fácil de ejecutar, y que debe volverse de
obligatorio cumplimiento seleccionando para ello los mecanismos de financiación
que sean pertinentes. Además porque, ante
la amenaza del recorte del perímetro, es seguro que muchos
de los propietarios de estos predios sacarán licencia de urbanismo antes de que
cambie la norma.
Y,considerar cuáles son esas zonas de renovación y re desarrollo y
empezar a planificarlas. ¿Cómo? Actualizando
la valiosa información contenida en las UP (Unidades de Planificación). Así, se
podrán elaborar presupuestos, y estimar las inversiones posibles, dejando las
restantes proyectadas a futuro.
Adoptar estas medidas sería mucho más útil que discutir acerca de
si se cierra el perímetro o no, desconociendo el hecho de que las zonas
incorporadas a los perímetros sub urbano y de expansión, en el primer POT, ya
se desarrollaron en una porción muy importante.
Además, no tendría mayor sentido dejar los predios sin desarrollar, como
eternos vacíos entre zonas construidas, que, más tarde o más temprano, y por la
presión de los propietarios y el desarrollo mismo de la ciudad, terminarán
urbanizándose, tal vez de manera apresurada y sin cumplir condiciones. El momento de establecer esas condiciones es
ahora. ¡Más vale tarde que nunca!
No hay comentarios:
Publicar un comentario