La CARDER, con el acompañamiento de Caracol Radio, viene
impulsando esta campaña, cuyo objetivo es llegar a sembrar dos millones y medio
de árboles.
Los criterios para seleccionar los sitios de siembra oscilan entre
áreas donde se abastecen los ríos y quebradas -que surten a los diversos
acueductos del Departamento-, bosques productores y protectores, o partes altas; y van hasta las vías y
parques de los 14 municipios, llegando, incluso, hasta los bosques que existen
alrededor de las instituciones educativas.
En este programa se van a invertir un total de 6 mil millones de
pesos, y, a la fecha, se han sembrado 400 mil árboles. Son muchas y diversas las especies de árboles
nativos, pero, en esta ocasión, se ha dado prioridad al guayacán amarillo,
aunque también se han incluido nogales y robles.
Mes a mes, Caracol acompaña una siembra masiva, en los
corregimientos de Pereira y otros municipios del Departamento, con la ayuda del
Ejército y la Policía. Igualmente,
durante estas jornadas, se han realizado
actividades complementarias, como ciclopaseos -en el caso de la siembra que
tuvo lugar en el corregimiento de la Florida-, y, en todo caso, se ha tenido
especial cuidado de tomar en cuenta a las comunidades aledañas, o
beneficiadas. Por ejemplo, en los
colegios se ha tratado de vincular a las autoridades educativas, así como a los
estudiantes.
Para darle formalidad a la participación de las comunidades, y para
generar en ellas un sentido de pertenencia y empoderarlas con el programa, las
actividades de siembra se acompañan de la firma de un acta de compromiso, cuyo objetivo es garantizar el cuidado
posterior de las especies plantadas.
Existe un cronograma, y muchas localidades van a ser
beneficiadas. Al finalizar el año, se
planea cerrar las actividades interviniendo un sector que, por su belleza y
arborización, se ha convertido en emblema de nuestra región. Se trata de la doble calzada Pereira -
Cerritos, en su recorrido hasta la
ciudad de Cartago.
Este tipo de programas alegran y entusiasman, y el componente de
participación ciudadana, si se aprovecha bien, logra construir consciencia y
cultura de protección del medio ambiente.
La Corporación tiene una amplia tarea pues, en ausencia de
autoridades ambientales municipales, bajo su tutela gravitan todas las
responsabilidades de conservación y protección de nuestro entorno. Es una gran compromiso. Aunque este es un programa muy vistoso, existe
la obligación de realizar otro tipo de acciones, ya no tan amables, pues
implican vigilar el cumplimiento de las normas ambientales y, en los casos
necesarios, impartir las sanciones requeridas.
No obstante, es un papel imprescindible, pues no todo se puede dejar a
la auto regulación, sobre todo en comunidades, como la nuestra, en donde la
cultura ciudadana es precaria en exceso.
Elevo mi voz de aliento a la Corporación, para que cumpla debidamente su papel, puesto
que de su buen ejercicio depende la calidad de vida, presente y futura, de todos los habitantes del departamento.
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