miércoles, 7 de octubre de 2015

SOBRE LA SILVICULTURA URBANA

Una ciudad, aunque la percibamos como espacio construido, está sustentada sobre una geografía,  que comienza por una fuente hídrica y la cuenca que la abastece, y que se prolonga en el espacio físico urbanizado a través de los parques, zonas de protección, y, por supuesto, de la arborización.

La silvicultura es una ciencia relativa al tratamiento de las masas forestales, para obtener de ellas una creciente productividad garantizando su sostenibilidad medioambiental.

Al cruzar estos dos conceptos, silvicultura y protección del medio ambiente, y aplicarlos a la ciudad, nos encontramos con una preocupación creciente en términos de la conservación de los valores ambientales asociados con los territorios urbanizados, y de ello se desprende la necesidad de realizar una aplicación específica de la silvicultura, que se expresa en los correspondientes manuales para el manejo de la arborización urbana.

Existen frente a la gestión de estos recursos,  diferentes posiciones. Unos ciudadanos, imbuidos por la preocupación de época relativa al cuidado del medio ambiente, se ubican radicalmente del lado de la conservación. Simplificando, podría decirse que este grupo está en un extremo, y que, en el otro, se encuentran aquellos que desean urbanizar a toda costa el territorio, para quienes la protección del medio ambiente no parece ser prioritaria.

Entre estos dos polos, que relaciono más en gracia de discusión que con ánimos de alguna caracterización, se ubica el equilibrio, necesario en todas las actividades de la vida.

Para lograrlo, es necesario contar con bases sólidas, científicamente construidas. 

Por lo tanto, sólo un inventario como el que se ha venido haciendo, de las especies ubicadas en la ciudad, y el concepto de los expertos acerca de qué se debe conservar, en qué forma, y de qué puede ser reemplazado, cierra las discusiones subjetivas al respecto.  Objetivar la discusión es necesario, pues puede ser que con buenas intenciones nos estemos aferrando a lo que no es, y que por este camino se estén inviabilizando o perturbando proyectos importantes.

El manual de silvicultura de Pereira constituirá un gran  aporte.   No sólo será un marco de referencia para hacer la gestión de los valores ambientales en la ciudad, sino que brindará una perspectiva de cómo, técnicamente, ir construyendo el futuro de conservación y protección que todos deseamos.


En todas las actividades relacionadas con el quehacer humano, siempre es aconsejable dejar de pensar con el deseo,  y ubicarse en un principio de realidad, que viabilice en la práctica hasta las intenciones más nobles.

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