Esta semana la Emisora Cultural de Pereira, La Remigio Antonio
Cañarte, cumple 23 años difundiendo cultura a todos los ciudadanos del sur
occidente colombiano. Con su excelente
programación, su independencia y su continuidad es, sin duda, el mejor y más
preciado activo cultural con el que contamos los pereiranos.
Lo es porque ha persistido en el tiempo, pese a los avatares
propios de ser una entidad vinculada al sector público, lo que la hace
vulnerable a los cambios de gobierno, a la repartición de las cuotas
burocráticas, a la falta de continuidad en las políticas de desarrollo, a las
deficiencias en el presupuesto, y, en general, a todos los males que aquejan a
lo que está vinculado al Estado.
Es, sin duda, el instrumento de difusión cultural con mayor penetración,
reconocimiento y acogida, gracias a su excelente programación. Espacios como “Despertar Allegro”, “Clásicos
Mayores”, “Música de los Reyes”, y “Música del Mundo”, por mencionar sólo mis
favoritos, cumplen eficazmente con la tarea de llevar las grandes realizaciones
artísticas de la humanidad a la comunidad, sin distingos de clases sociales,
credos, ni razas, en un ejercicio verdaderamente incluyente y pluralista. Adicionalmente, cuenta con programas
dirigidos al público infantil, algunos de literatura o ciencias, y de
opinión; participa en el cubrimiento de
varios de los festivales musicales que se realizan en el país y tiene convenios
con emisoras internacionales como Radio Nederland, Radio Bulgaria o la VOA
(Voice of America English News).
Cabe resaltar que los programas especiales son realizados por
intelectuales, personas que de manera altruista aportan la música, la
investigación y, en general, su trabajo, por el cual en ocasiones reciben unos
pocos recursos.
En cuanto a la financiación, la nueva legislación emitida por el Ministerio
de las TIC, para las emisoras de interés
cultural, ha perjudicado sensiblemente
sus finanzas al restringir las fuentes de ingresos, que anteriormente incluían
venta de pauta comercial, a los recursos girados desde el Municipio, patrocinios
y donaciones. Además, según un resumen de
su historia –elaborado por la emisora-,
hasta el año 1996 se hicieron inversiones significativas en equipos y
colecciones musicales, sin que posteriormente y hasta la fecha se note el interés por parte del sector público de asignarle los
recursos necesarios para su obligada modernización. Eso sí, le han hecho el “viaje” para
transformarla, ponerla a trasmitir las sesiones del Concejo y Dios sabe que
otras cosas ajenas a su función cultural que, afortunadamente, se han logrado
atajar a tiempo.
Con sus cosas buenas y las no tan buenas, es este un bien muy
preciado para la ciudad. La emisora
cultural es de todos los pereiranos y, como pasa con otros de nuestros activos
importantes, nosotros mismos tenemos que velar por su defensa!!! Suena a
estribillo sindical, pero toca porque
así están las cosas por estos días en esta hermosa ciudad.
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