LA DIFERENCIA ENTRE CANDIDATO Y GOBERNANTE
El Alcalde Gallo viene haciendo en sus primeras días de gobierno
una tarea muy interesante. Algo así como limpiando la casa, poniéndola en
orden. Son acciones de bajo costo y alto
impacto, muy positivas porque dan la sensación de gobernabilidad.
En cuanto a los proyectos de inversión, es todavía muy prematuro
para definir las iniciativas, pues apenas se construyen en el marco del plan de
desarrollo. Lo que sí está definido,
será la gran dificultad en la disponibilidad de recursos, debido a la situación
fiscal que se ha venido haciendo evidente.
El tema más álgido en este aspecto tiene que ver con los proyectos
en marcha. El Bioparque Ukumarí, la remodelación del Aeropuerto Matecaña y las
obras por valorización. Proyectos muy
importantes a los que la ciudad les ha invertido recursos significativos.
Como se ha venido diciendo, habrá que dar un compás de espera para
ver cuáles serán los resultados en las primeras dos iniciativas. Lo que sí no se puede permitir la ciudad es
perder la oportunidad de remodelar su terminal aérea, a todas luces obsoleta, y
tampoco sería correcto que tuviera que empezar a subsidiar significativamente
la operación del bioparque. Antes de que
eso suceda, sería prudente evaluar otras alternativas a la operación directa,
que involucran también la gestión de recursos para el desarrollo de las
bioregiones pendientes.
El punto más crítico está centrado en las obras por
valorización. Contratos asignados o en
ejecución, compromisos fiscales que están respaldados por el recaudo de un
tributo que está en la incertidumbre.
Si bien es cierto el Alcalde en ejercicio se opuso a la
valorización cuando era candidato, ya como mandatario no tiene alternativa
distinta a intentar mantener el cobro en firme, o, si definitivamente este se
cae, presentar otro proyecto con el mismo objeto.
El tema de la valorización nunca debió convertirse en bandera de
campaña. Porque este instrumento
financiero no podía satanizarse. Es indispensable contar con él para el
desarrollo que requiere el municipio en la medida en que va creciendo y su
infraestructura se va haciendo insuficiente.
Ningún candidato debería renegar de lo que va a necesitar cuando a
lo mejor se convierta en mandatario. Pero, ya no hay nada que hacer. Opino que
nuestro deber, como ciudadanos e instituciones, es rodear al Alcalde y
respaldarlo en una decisión que, aunque difícil políticamente, es la correcta
desde el punto de vista de la administración responsable del patrimonio de los
pereiranos.
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